La millonaria lucha en el Puerto de Gijón contra la polución: estas son las medidas implantadas en los últimos años

El compromiso del Puerto de Gijón para reducir el impacto ambiental de su actividad es cuantificable: 22,2 millones de euros en el quinquenio que comenzó en 2022 y que concluirá en 2026, tal como se recoge en el Plan de Empresa de la Autoridad Portuaria de Gijón del año 2021. Unos dineros que en su mayor parte se destinan a cumplir con las medidas aprobadas en el Plan del Aire para el Oeste de Gijón elaborado por el Principado, pero que también incluyen otras actuaciones como la prolongación del ferrocarril hasta el Muelle Romualdo Alvargonzález (Muelle Norte) que contribuirá a reducir el tráfico de camiones con origen o destino en el Puerto. Estas medidas se supervisarán en la reunión de la comisión de seguimiento que mantendrán el Puerto, el Principado y el Ayuntamiento de Gijón el mes que viene.

Estas medidas, las del Plan del Aire, ya están concluidas en su mayor parte o en vías de ejecución, pero que saben a poco en el Consistorio, donde el concejal de Medio Ambiente, Rodrigo Pintueles, ya avanzó que va a solicitar la implementación de varias actuaciones que desde hace años lleva reclamando el movimiento vecinal, y que se da la circunstancia de que no están incluidas en la estrategia contra la polución. Una de ellas es que la Autoridad Portuaria obligue a todos los camiones que entran y salen de El Musel a utilizar el nuevo túnel de Aboño –algo a lo que se opone el Ayuntamiento y los vecinos de Carreño– para evitar el tráfico pesado vinculado al Puerto que aún atraviesa la avenida del Príncipe de Asturias.

El Plan del Aire para el Oeste de Gijón alude al tráfico pesado de El Musel estableciendo como medida para reducir su afección a La Calzada marcar el uso preferente del túnel de Aboño como acceso para los camiones cargados con graneles sólidos, pero manteniendo el paso de vehículos pesados con tráficos limpios (contenedores, cisternas o camiones de servicios) por la avenida del Príncipe de Asturias. Una medida que, en esos términos, se da ya por plenamente ejecutada desde el Puerto, con un tráfico residual de camiones con graneles por el barrio de La Calzada.

Las otras medidas del Plan del Aire del Puerto ya ejecutadas son la revisión de los espacios destinados al tráfico de graneles en zona portuaria (Musel y Aboño), la limpieza de zonas de paso con elevada frecuencia y dotación de equipos de riego automático en los viales, la elaboración de planes anuales de inversiones, la implantación de planes empresariales de movilidad y la creación de la comisión de coordinación.

En curso están otras dos medidas: dotar de suministro de agua a los muelles de primera y segunda línea y evitar su afección al medio marino por un lado y, por otro, las actuaciones previstas para la pavimentación, apantallamientos y cubrición de zonas graneleras.

En cuanto a la pavimentación, necesaria para la adecuada limpieza del suelo evitando que queden restos de carbón que puede llevarse el viento cuando se levantan las parvas que se almacenaban en ellos, destaca que ya se ha pavimentando alrededor de la mitad del Muelle Norte, mientras que el resto de la superficie está desocupada, por lo que su situación tampoco conlleva una afección ambiental. En cuanto a los apantallamientos, se han instalado 490 metros de pantalla vegetal el Muelle Norte, además de pantallas contra el viento en la explanada de Aboño, entre otras. Asimismo, está redactándose el proyecto para iniciar la construcción de otra barrera antiviento entre la regasificadora y la explanada trasera de Ebhisa.

La cubrición de la totalidad de las superficies de acopios de graneles, otra reclamación vecinal que también ha hecho suya Pintueles, es harina de otro costal. Algunos graneles ya se almacenan bajo techo, caso de los cereales, cemento y pequeñas cantidades de carbón y coque. Pero la mayor parte de las 83 hectáreas que se dedican al manejo y acopio de graneles permanecen al descubierto, eso sí, con medidas impuestas a las empresas para el riego de las mismas y la protección con una película química contra el viento a las parvas que van a permanecer largo tiempo en el Puerto.

La propuesta de cubrir toda la superficie granelera ya se planteó en 2017, con una moción de IU en la Junta General del Principado aprobada con el rechazo del PSOE. El Puerto estimó entonces que el coste de cubrir toda la superficie carbonera de El Musel que está ahora al aire libre tendría un coste de entre 290 y 500 millones de euros. Un coste que siembra dudas en el movimiento ecologista sobre la viabilidad de centrar ahí la batalla "cuando esa inversión no la va a absorber nadie, cuando sabemos que el problema de la contaminación en Gijón, excepto el de los barrios que están al lado, no tiene que ver con el Puerto, sino con la industria", señala Paco Ramos, de Ecologistas en Acción. Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecologista, en cambio reclama que se cubran todos los graneles: "Como propuesta es buenísima", señala respecto a la del concejal.

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