Crónica de una clausura del FICX con tono feminista: la arenga de Alicia Luna y el broche de Marisa Valle Roso

"No os dejéis arrebatar vuestras miradas", dice a sus compañeras la guionista de "Te doy mis ojos"

«El cine asturiano se ha quitado el complejo y está orgulloso», declaró el director Samu Fuentes

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

La guionista madrileña Alicia Luna protagonizó ayer uno de los momentos de mayor intensidad de una gala, la de clausura y entrega de premios del Festival Internacional de Cine de Xixón, el FICX, que fue larga –duró dos horas–, desenfadada –con una inmensa mayoría de jóvenes cineastas entre los ganadores– y en la que se sucedieron las adhesiones al 25N y a la movilización contra la violencia de género. No en vano, la representación femenina ha sido muy elevada en esta edición del certamen cinematográfico, en la que se han proyectado 40 películas dirigidas por mujeres.

El mensaje que Alicia Luna –ha firmado guiones como «Pídele cuentas al rey» o «Te doy mis ojos»– lanzó desde el escenario del teatro Jovellanos fue netamente feminista y estuvo dirigido a sus compañeras de vocación y oficio. «No queremos ser un objeto vulnerable y vulnerado, queremos ser el sujeto activo», reivindicó, aludiendo al papel que tradicionalmente reserva a las mujeres. «Lo estáis, lo estamos haciendo muy bien, compañeras cineastas», proclamó animosa, y pidió la colaboración de los productores y más generosidad con los presupuestos para que las mujeres que se dedican al cine puedan competir en condiciones de igualdad con sus colegas masculinos, rodar películas de temáticas taquilleras, de acción, de aventuras, que también les interesan y son muy capaces de hacer. «Mujeres cineastas del mundo», terminó a modo de alegato, «no permitáis nunca, nunca, que os arrebaten vuestras miradas».

Alicia Luna fue una de las invitadas de honor de la velada, distinguida con el Premio «Comadre de Cine» que el Festival otorga en colaboración con la tertulia feminista «Les Comadres» de Gijón. Precisamente, recordó cómo el 1 de febrero de 2014 conoció a «Les Comadres» cuando descendieron en Atocha del tren de la libertad en el que viajaron a Madrid para unirse a la multitudinaria manifestación en defensa del aborto. «Entonces entendí el significado de la palabra sororidad», admitió, y recordó que ella fue una de las 80 mujeres cineastas que colaborararon «para grabar aquella hazaña».

Entre los premios y los breves discursos de agradecimiento, que se iban encadenando, llegó otro de los momentos emocionantes. Fue el de la entrega del premio «Rambal», a título póstumo al cineasta mallorquín Agustí Villaronga, director de títulos como «El mar» o «Pa negre». Lo recogió una de las actrices que tuvo la oportunidad de trabajar con él, Núria Prims. La intérprete, que antes de dirigirse al público advirtió que estaba muy nerviosa, declaró que «quien conoció a Agustí no podía no quererle», habló de su su generosidad, su humor y su saber estar, y agradeció a la organización del FICX su reconocimiento hacía él: «Gracias por este acto de amor, un amor que es lo que nos daba Agustí».

La actriz Núria Prims recogió emocionada el premio «Rambal» al fallecido Agustí Villaronga

Hubo también, en la gala de ayer, una gran presencia del cine asturiano. El director noreñense Samu Fuentes, que concurría a esta convocatoria, en la sección oficial Retueyos, con la película «Los últimos pastores», recogió el premio al mejor largometraje asturiano que otorga la RTPA y recibió una mención especial del jurado por su guion. Al tomar la palabra para agradecer ambas distinciones, el cineasta asturiano puso de manifiesto que «estamos en un momento muy bueno en Asturias a nivel cinematográfico, ahora falta que las autoridades lo vean así». Añadió que el cine asturiano se ha «quitado el complejo» y está «orgulloso de contar las historias de los nuestros y de nuestros antepasado». Al salir a recoger su segundo reconocimiento en esta edición del FICX comentó que para él y su equipo «el premio fue el rodaje, muy intenso», de la película, que transcurre en las montañas de Cabrales.

Otro asturiano, el director y guionista José Antonio Quirós, de Morcín, se llevó el Gran Premio del Público por «El amigo de todos»; no pudo viajar a recogerlo, pero intervino en la gala a través de una grabación de vídeo. «Un abrazo y disfrutad» fue su mensaje para el público.

La gala de entrega de los premios del FICX empezó con Marisa Valle Roso cantando, sola en el escenario con el único acompañamiento de su guitarra: «Más que polvo y arena que lleva el aire...». La presentadora del evento, Arancha Nieto, la siguió, con una cita de la poeta Gloria Fuertes, expresó la adhesión del festival a la lucha contra la violencia de género y declamó unos versos de «La puerta violeta», de Rozalén. Con Valle Roso interpretando a continuación su tema «Compañeras» la celebración adquirió un tono feminista que se mantuvo hasta el final. La cantante regresó al final, ya para echar el cierre.

El mierense Diego Flórez fue el primero en subir a las tablas a recoger un premio, el que se otorga a los nuevos realizadores del Principado, Semilleru, y dirigiéndose a su auditorio en asturiano reconoció que le hacía especial ilusión, en buena parte «por recoger el testigo de grandes realizadores».

El Premio al Mejor Largometraje en la sección oficial, Retueyos, fue para «De Facto», dirigida por Selma Doborac. Con ella terminó el acto, no sin que antes agradeciera la «valentía» del FICX a la hora de diseñar su programación. «Aquí he encontrado libertad para expresar mi voz artística», dijo. Los premios CIMA al Mejor Largometraje dirigido por una mujer y el de la Asociación Acción! a la Mejor Dirección fueron a parar a la argentina María Aparicio, por «Las cosas indefinidas», y también recibió otro reconocimiento por su dirección. Dedicó el primer galardón a Eva Bianco, su protagonista, y a Ana Pontes, su productora, junto a Rodrigo Guerrero; la segunda vez que salió a escena hizo una alusión a la situación política en su país tras la victoria electoral de Milei. 

También hicieron doblete Luis (Soto) Muñoz y Alfredo Picazo, con «Los restos del pasar», una película que definieron como «muy andaluza» y que no hubiera salido adelante sin el apoyo del programa Semilleru LAB del festival asturiano. Ellos se fueron con el Premio FIPRESCI al mejor largometraje y con una mención especial del jurado de cine español.

María Gisèle Royo, que firma la cinta «On the Go» con Julia de Castro, también subió varias veces a escena. Presentó su película como un canto a la amistad, habló de su experiencia personal con la violencia de género y dio las gracias, además de por los premios que ha cosechado en este certamen, a las amigas que en su día la animaron a llamar al 016. «Sin ellas, yo no estaría ahora aquí», reconoció.

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