Aunque en la previsión de regalos que un servidor hizo para el "día de la madre" no se incluía ningún teléfono móvil, la mañana con mi progenitora fue derivando por unos derroteros totalmente inesperados.
"David, me gusta tu móvil", me espetó mi madre de repente, mirando el Samsung Galaxy S6 Edge -desde 665 euros, 32 Gb- que estoy probando y del que podrás saber más aquí mismo en unas semanas.
"Mamá, este móvil es muy caro y avanzado", le dije, mientras inquisitivamente me respondió: "¿Acaso crees que a las madres no nos gustan los teléfonos más modernos?". ¡Tocado y hundido!
Así fue como le mostré tres de los más modernos teléfonos que hay en la actualidad. Junto al Samsung que ya he comentado, el HTC One M9 -desde 700 euros, 32 Gb- y el iPhone 6 Plus de Apple -desde 700 euros modelo normal, 16 Gb-. Y su veredicto fue más que claro: "Me gustan los tres, son bonitos y las pantallas se ven muy claras. No entiendo por qué siempre las madres tenemos que llevar los móviles que no quieren sus hijos". Mi madre me dejó hundido del todo. Tomo nota mamá.
