A la italiana. La Fundación Valdés-Salas está realizando una clara apuesta por la conservación y divulgación del patrimonio de Salas y para ello, ayer, realizaron una jornada de puertas abiertas en la excavación arqueológica de los túmulos megalíticos del concejo para la que dispusieron un autobús gratuito que fue muy valorado por los asistentes. Algo en la línea de lo que pretende el Gobierno italiano, que esta semana anunció que dará 500 euros a los jóvenes para que los gasten en cultura. "Poner un bus me parece darlo todo, esto sirve para acercar las personas al trabajo arqueológico y entender la importancia de conservar los yacimientos", afirmó Lucía Mejido, de Aller.

La visita, a la que asistieron alrededor de cien personas, fue dirigida por el director de los trabajos de campo y profesor de la Universidad de Oviedo, Fernando Rodríguez del Cueto, quien explicó que el túmulo funerario de la Campa San Juan tiene alrededor de 6.000 años de antigüedad. Un momento en el que la sociedad de la época abandonaba la caza de animales y recolección de frutos por la domesticación. "Son relativamente cercanos si lo medimos en personas, serían unos 250 abuelos", resumió.

La dinámica de la visita, con explicaciones sencillas para todos los públicos, consiguió captar la atención total de los visitantes. Del Cueto también destacó que los túmulos se situaban en lugares altos de gran visualidad. "Todos tienen el mismo patrón en Asturias, están en relación con el paisaje en puntos que destacan y se pueden reconocer en la distancia, de ahí su monumentalidad", comentó. En ese sentido, destacó el enorme esfuerzo que supuso su construcción por el peso de los materiales y sus infraestructuras de construcción.

En total, son 15 metros cuadrados con un anillo exterior de piedras que bordeaba los límites del túmulo y que servía para afianzar el terreno. También explicó cómo van realizando la excavación mediante la estatigrafía para alcanzar la base natural del espacio. Del Cueto indicó que el espacio central del túmulo está dedicado a la cámara funerario "donde se realizaban los enterramientos y procesos rituales".

La cámara, compuesta por grandes piedras en forma de pared también contaba con otra a modo de tapa. Si bien, los expolios y algunas explosiones con dinamita a mediados del siglo XX han deteriorado el espacio aunque se encuentra mucho más completo que los túmulos que hay en La Bouga.

Los asistentes estaban encantados con las explicaciones del arqueólogo y aguantaron hasta el último momento, cuando la tormenta llegó a la sierra salense. "Veníamos sin saber mucho, pensamos que estaba más superficial", comentó Ángel Carrasco, de Salinas (Castrillón). Lo que más le sorprendió fue la rigurosidad de los trabajos y la minuciosidad de las investigaciones.

En la cámara también hallaron cuchillos prehistóricos que dan cuenta de la evolución de la industria lítica en la etapa megalítica. Nuria Menéndez, de Oviedo, se sorprendió con todos los avances que presentaron los arqueólogos porque "esperaba nada más que la cámara; saber que había un anillo de piedras alrededor me sorprendió muchísimo, la verdad es que ha sido muy interesante y estuvo muy bien explicado".

Al término de la visita, Del Cueto abrió turno de preguntas para los asistentes que se interesaron por diversos aspectos, como saber dónde era la entrada de la cámara. Unas preguntas a las que también respondió el director científico del yacimiento, el catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, Miguel Ángel de Blas Cortina, presente en la jornada de puertas abiertas. También estuvo el Alcalde, Sergio Hidalgo (Foro), y representantes de PP y PSOE del concejo, apoyando la iniciativa de la Fundación, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento y la dirección general de Patrimonio del Principado de Asturias.

Del Cueto concluyó la visita asegurando que el túmulo de la Campa San Juan es "la expresión máxima de megalistismo neolítico en Asturias junto con el dolmen de Santa Cruz en Cangas de Onís". Los cien asistentes que tuvieron la oportunidad de verlo se fueron con la lección de Prehistoria aprendida y la satisfacción de conocer más sobre el patrimonio que les rodea.