Francia encara las pensiones
Desde hace dos siglos y medio es en Francia donde empiezan en Europa los grandes cambios en política, una costumbre que solo se rompió en Petrogrado en 1917. Lo que pase en Francia con las pensiones pasará en la Europa del Estado de bienestar “pesado”. Quizás sea una inercia del culto francés a la razón: si la esperanza de vida ha aumentado como lo ha hecho y con ella el tiempo de prestación de las pensiones, parece lógico que o aumente la cotización (ahogando al cotizante, trabajador y empresa) o se trabaje y cotice unos años más, al menos de forma voluntaria. El problema está en que el Estado de bienestar, como cualquier paraíso artificial, crea adicción y las adicciones no atienden a razones. Defender ese modelo de Estado es una de las causas políticas que merecen la pena, pero no apretar las tuercas del motor es el mejor modo de que las holguras lo acaben dejando tirado.
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