Opinión

El valor de la seguridad

Un reconocimiento del sector turístico a las Fuerzas Armadas

Desde OTEA queremos sumarnos al homenaje a los militares entregados a la defensa de nuestra nación y sentimos la necesidad de expresar una enorme gratitud, que se despliega sobre muchas razones y personas.

En primer lugar, queremos agradecer a las instituciones que han hecho posible que los espectaculares y conmovedores actos de celebración del Día de las Fuerzas Armadas hayan tenido como escenario nuestra tierra, con el protagonismo de Gijón y Oviedo, esta última especialmente en un año que ostenta el cargo de Capital Española de la Gastronomía, ejerciendo de embajadora de los excelentes productos de Asturias. Ha sido un privilegio acoger las celebraciones que proyectan el honorable trabajo del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y del Espacio.

Es evidente que los actos han resultado un revulsivo económico inédito para la región. Turísticamente, la celebración se ha vivido como un balón de oxígeno que nos llena de confianza antes del inicio de la temporada más importante del año. Sin embargo, reconocer simplemente este impacto sería quedarse muy corto en el agradecimiento.

Nuestra verdadera razón para la gratitud tiene una raíz mucho más profunda. España es uno de los principales receptores turísticos del mundo, pero el reclamo que supone nuestro infinito patrimonio natural y cultural, nuestras playas y ciudades, etc. sería vacuo de no asociarse en la mente del turista con la imagen de un país seguro y alineado en la defensa de los valores humanos más universales, como la libertad y el respeto al prójimo.

Esa imagen de país no se consigue con una campaña de marketing. Es el resultado de una acción diaria y, a menudo silenciosa, protagonizada con una inquebrantable lealtad y sentido de la responsabilidad por nuestras Fuerzas Armadas, allí donde operen y, por su puesto también, nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en casa.

En Asturias llevamos años disfrutando del privilegio de vivir en una de las regiones más seguras de Europa. Es excepcional el trabajo que desarrollan la Policía y la Guardia Civil en nuestras ciudades y pueblos. Han sabido ganarse no sólo nuestra confianza con sus resultados, sino nuestra colaboración más leal, gracias a su actitud cercana y respetuosa.

Hay países en el mundo donde, ante un incidente, un turista duda en pedir socorro ante la autoridad. En España los turistas, como los ciudadanos, no necesitamos distinguir a quién pertenece un uniforme para sentirnos protegidos y aliviados ante un peligro. ¿Qué valor le podemos asignar turísticamente a algo así?

Creo que tradicionalmente nuestra región ha sido muy consciente de esa aportación y, quizás por eso, se explica el amor generalizado de nuestro sector no sólo a nuestras Fuerzas Armadas –a las que celebramos en su día con la mano en el corazón– sino a todas las mujeres y hombres que velan por lo más importante que tenemos como país: sus ciudadanos. A veces somos trabajadores y, a veces, turistas, pero siempre somos el objeto de desvelo de los que entregan su vida a protegernos al abrigo de una bandera. Gracias por ello.

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