Entrevista | Ignacio Bosch García Director del parador de Cangas de Onís

"La ocupación de 2022 fue alta, el cliente internacional ha vuelto a la comarca"

"El proyecto para San Pedro de Villanueva afianzará el futuro de este patrimonio de Cangas y lo que supone como recurso para el territorio"

Ignacio Bosch García, director del parador de Cangas de Onís, con San Pedro de Villanueva al fondo. | María Villoria

Ignacio Bosch García, director del parador de Cangas de Onís, con San Pedro de Villanueva al fondo. | María Villoria / María Villoria

María Villoria

Ignacio Bosch García es director del parador de Cangas de Onís. Su trayectoria profesional está estrechamente ligada a la marca Paradores, donde lleva trabajando casi 25 años. Desde hace nueve dirige el establecimiento que la firma tiene en el antiguo monasterio de San Pedro de Villanueva. Durante un tiempo simultaneó esta responsabilidad con otras como la de encargado de la zona norte de la cadena. Bajo su dirección el parador de Villanueva ha logrado situarse en los primeros puestos de valoración de los usuarios de toda la red.

–Se ha anunciado una inversión superior a los dos millones en San Pedro de Villanueva.

–Es una gran noticia. Afectará al monumento nacional y Bien de Interés Cultural (BIC). Son fondos europeos, que gestionará Turespaña, cuyo objetivo es mejorar el patrimonio. No afecta a la parte hotelera donde Paradores ya invirtió 1,5 millones hace dos años. Un monumento nacional como este requiere ciertas actualizaciones. Cada inversión que se hace, y esta es muy relevante, afianza el futuro del lugar como Bien de Interés tanto para los trabajadores como para toda la comarca como recurso. Se habilitarán zonas susceptibles de ser museizadas, que sirvan para exponer mejor la parte arqueológica y nuevos espacios para atraer más cultura. Creo que en todo el proyecto fue decisivo que hubiera actividad cultural en el Parador.

–¿En qué punto está el proyecto?

–Es Turespaña quien está trabajando en ello. La actuación se llevará a cabo con los fondos Next Generation, están enfocados a la rehabilitación y puesta en valor del patrimonio y afecta a cuarenta paradores de la red que están ubicados en edificios BIC o monumentos nacionales. Se hizo un trabajo previo por Turespaña para ver cuáles eran las necesidades del edificio.

–¿Qué actuaciones incluye?

–No conozco el proyecto en su definición final, pero se mejorará el edificio, la fachada, la iluminación, se actuará en el tejado, se pondrá en valor la torre del campanario, un lugar simbólico por el uso de las campanas por parte de los monjes benedictinos para la llamada a la pesca; de ahí nuestra singular tradición de «el campanu». Se intentará trabajar en el monasterio y su entorno sobre la idea de que de que aquí pudiese estar el solar primigenio del Reino de Asturias, todo ese concepto del Palacio del Rey Favila que se tiene como una leyenda o tradición , pero que la arqueología debe evidenciar.

–¿Cómo valora 2022?

–La actividad ha sido muy buena y las ocupaciones altas. Estamos en un 65% de media anual. Es alta, teniendo en cuenta que abrimos todo el año. Asturias tiene una posición buenísima respecto a la situación sanitaria que hemos vivido. Lo que era una amenaza se ha convertido en una oportunidad, porque nuestras debilidades como destino se han convertido en fortaleza. El concepto de Paraíso Natural, de poca densidad de población y densidad turística ha pasado a ser un efecto llamada desde 2020. El problema que podemos tener ahora mismo en hostelería es la incertidumbre de cara a la planificación y las previsiones.

–La temporada se está alargando cada vez más. ¿Se puede hablar de desestacionalización?

–La parte positiva de 2022 es que ha vuelto el cliente internacional, inglés, alemán y americano, algo que afecta a toda la comarca, pero es verdad que a Paradores un poco más, si cabe. Eso es una oportunidad para que los inicios y finales de verano tengan un poco más de amplitud. No soy muy optimista sobre que seamos capaces de traer muchísima actividad en determinados meses. Es complejo por muchas condiciones y por el propio sector, integrado por empresas pequeñas que, en muchos casos, requieren de esa estacionalidad para su propia organización, descansos y mantenimiento de instalaciones.

–¿Cómo está posicionado el parador de Cangas de Onís en la red de Paradores?

–Está dentro de los quince paradores de mayor rentabilidad de la red. Tiene buena reputación entre los clientes. Eso favorece poder seguir vendiendo y afianzando un trabajo que se ha ido estabilizando en una cultura hotelera de calidad y hospitalidad que no hace sino reflejar la hospitalidad asturiana, que es lo que nos diferencia. Tanto Cangas de Onís como Corias siempre están en el top tres o cuatro de toda la compañía en cuanto a la calidad percibida por el cliente.

–El sector tiene problemas para encontrar personal, ¿ocurre lo mismo en el parador?

–Tenemos un gran reto, que es analizar correctamente cómo vamos a gestionar a las personas. Creo que habría que abordar las relaciones laborales de una manera diferente, porque no estamos logrando ser atractivos. Los jóvenes no conciben su manera de enfocarse en el ámbito profesional como lo hacemos en hostelería y esto pasa en todo el sector. En Asturias el problema es doble, sectorial y demográfico. La franja de edad de la que habitualmente nos nutrimos de personal es la más desfavorecida y va con una tendencia no muy halagüeña, por lo que debemos ser muy creativos para conseguir ser atractivos y atraer talento.

–¿Con qué medidas se puede atajar esto?

–Siendo creativos, focalizando mucho en la formación, en la creación de escuelas de hostelería, en mejorar condiciones y ser más atractivos en ellas. Es un sector intensivo y la estacionalidad también provoca una demanda altísima de necesidades de personal en momentos muy determinados del año, que desgraciadamente no se pueden mantener en el tiempo.

–El parador tiene una gran actividad cultural abierta a la comarca.

–No entiendo Paradores de otra manera. Desde un punto de vista hotelero, Paradores debe tener una gestión impecable en lo económico, pero adicionalmente, como empresa pública que es, tiene que contestar a una serie de necesidades de la sociedad. En primer lugar que todo el mundo se sienta bienvenido en este Monumento Nacional, con el atractivo de ser un lugar especial por el edificio, y que sea un complemento más de la actividad cultural de Cangas de Onís. Esto lo pusimos en marcha a través de los encuentros culturales, las ponencias, los conciertos, las actividades de naturaleza. Tiene una función pública y es importante.

–¿Cómo ve el futuro turístico de la comarca?

–Estamos en un momento en el que tenemos que ser muy inteligentes para empezar a dirigir también los flujos de turismo que nos llegan a otros espacios y conceptos. La comarca está en el top de la visibilidad turística nacional y no podemos morir de éxito. Hay que intentar llegar a un turismo más respetuoso, sostenible y ecológico y concienciado que vea otros atributos que tenemos no tan visibles, y mejorar el turismo de calidad que sepa discernir y disfrutar de la calidad y nos vaya posicionando en haber conseguido gestionar ese flujo tan alto. 

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