Abandono y dejadez a la entrada de Covadonga: la casona de Les Llanes, en ruinas

El inmueble, adquirido por el Principado junto al resto de la finca por tres millones en 2006, tiene el tejado hundido y el interior destrozado: «Llueve dentro»

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Abandono, dejadez y ruina. Es la primera imagen que se han podido encontrar esta Semana Santa las decenas de miles de visitantes que se acercaron a Covadonga y los Lagos. El entorno del santuario ofrece una imagen que nada tiene que ver con el «paraíso natural» y la «excelencia turística» que «vende» el Gobierno del Principado.

A la entrada misma del parque nacional de los Picos de Europa, justo a la derecha de la carretera que conduce al real sitio, sigue en pie –de momento– la casona de la finca de Les Llanes. El tejado hundido, la fachada tomada por la vegetación y, según quienes la han podido ver por dentro, completamente destrozada por el agua y las humedades: «Llueve dentro».

La cosa tiene miga, porque seguramente si el inmueble fuera propiedad de un particular se declararía en ruinas y hasta podría exigírsele que la reparara. Pero no lo es. La casona es patrimonio público: la adquirió el Gobierno del Principado en el año 2006, junto a la finca que la rodea y los demás elementos que contiene, por 3 millones de euros y una serie de prebendas urbanísticas en Cangas de Onís a la familia que era su titular entonces.

La casona de Les Llanes estaba en el momento de su adquisición en perfecto estado de revista. De hecho, los propietarios solían ocuparla durante las vacaciones, y así lo habían hecho solo unos meses antes.

¿Por qué compró el Principado la finca Les Llanes? Eran tiempos de bonanza económica, y el Gobierno del Principado, con el desaparecido Vicente Álvarez Areces al frente, tenía planes muy ambiciosos para Covadonga, que había presentado a bombo y platillo.

Entre las ideas expuestas por el Ejecutivo autonómico figuraba la construcción de un macroaparcamiento en la finca de Les Llanes, un centro de recepción de visitantes en la casona, y un ascensor panorámico desde allí hasta el santuario, situado justo encima de la parcela.

El Principado compró Les Llenes pese a que la Iglesia de Asturias había manifestado en privado su rechazo frontal a los planes de Álvarez Areces. Los responsables del Arzobispado de Oviedo temían perder visitantes y la consecuente caída del consumo en los comercios del santuario.

Después de un intenso debate público, con intervenciones a favor y en contra, el proyecto del ascensor panorámico, el centro de recepción y el estacionamiento de Les Llanes quedó definitivamente aparcado al estallar la crisis económica de 2008. Y con el proyecto olvidado en un cajón, la Administración se olvidó también de la casona de Les Llanes, que se fue deteriorando en progresión geométrica, y que llegó a ser refugio para los caballos de un vecino que llevaba la finca. Hace ahora un año, parte del tejado de la casona de Les Llanes, que permanecía combado desde hacía tiempo sin que nadie le prestara atención, se hundía. Hasta hoy.

En 2018, el entonces consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, anunció un estudio de viabilidad para construir un funicular entre la finca de Les Llanes y el santuario, que hubiera supuesto la «salvación» de la casona. La inversión estimada se acercaba a los 12 millones de euros e incluía un aparcamiento con 1.200 plazas en Les Llanes.

La propuesta, que contaba con el respaldo de la Iglesia de Asturias y el Ayuntamiento de Cangas de Onís y que dejaba la puerta abierta a una financiación y explotación privada –aunque sin descartar la participación pública–, siguió adelante con su sucesor en el cargo, Benigno Fernández Fano, pero quedó también aparcada tras el cambio de nombres al frente de Infraestructuras.

El proyecto para Les Llanes no ha vuelto a salir de nuevo a la luz desde aquel intento de Lastra. Sí lo ha hecho en alguna ocasión el que propone un tren de cremallera entre El Repelao –donde se ubica Les Llanes– y los Lagos, una vieja aspiración de la derecha asturiana, rechazada por la izquierda.