La tradición del reparto del bollo de chorizo y la botella de vino entre los socios de la SOF se repitió ayer un año más, como refleja la fotografía. Se repartieron 14.600 bollos.

Á. F.

«Un homenaje así nunca lo hubiera pensado, y además fue muy emotivo y, sobre todo, muy emocionante». Así resumió el acto José Antonio Rodríguez Vidal, o «José, de Casa Rafaela», como es conocido por sus vecinos de la localidad tinetense de Bustoburniego. La vitalidad y el tono de su voz contrastan con sus 92 años.

«Del campo lo que más recuerdo es lo difícil y lo duro que era trabajar en él. Nos costaba bastante sacar todo adelante; pero ahora, afortunadamente para todos, ya se mejoró mucho», comentó el «Paisano del año» tras recibir el galardón.

José Antonio Rodríguez continúa encantado de vivir en el campo. «Hoy ya está todo un poco mejor, por lo menos ya tenemos buenas comunicaciones, con lo cual ya no vivimos como tercermundistas, sino como en la capital».

Ángeles Bernardo Argüelles, tras recibir el premio, no pudo evitar emocionarse. No era para menos, después de las numerosas muestras de cariño que recibió. «El acto me gustó mucho», fue lo primero que dijo sin dejar de sonreír.

Después, comentó haciendo un gran esfuerzo que «las manos aún las puedo utilizar para realizar algún trabajo, lo que siempre es una satisfacción». Recordó que empezó a trabajar en el campo «desde pequeñina», y también cuando cogía el tren a las seis de la mañana para acompañar a su madre, «cargadas con los paxos de ciruelas, fresas y otras frutas», que después vendían en el mercado del Fontán.

A sus 96 años, Ángeles Bernardo continúa leyendo todos los días LA NUEVA ESPAÑA y disfruta también siguiendo los seriales de televisión, pero lo que le gusta sobre todo es vivir rodeada de su familia.