Varios centenares de personas se han manifestado esta tarde en Oviedo bajo una intensa lluvia para mostrar su apoyo a los cinco mineros de Cerredo condenados a dos años y medio de cárcel como autores de la agresión a un ingeniero de la empresa Uminsa en julio de 2012.

La marcha, que arrancó a las 19:30 horas de la estación de Renfe, iba encabezada por una pancarta con la leyenda "Llibertá de Zarreu.

Amnistía. Condenaos por lluchar" y discurrió por la calle Uría, Toreno y Plaza de España para finalizar con una concentración en las inmediaciones del Palacio de Justicia de la capital asturiana.

A lo largo del recorrido los manifestantes, buena parte de ellos llegados de León, han hecho sonar pitos y sirenas y han lanzado consignas pidiendo la libertad para los condenados a la vez que han hecho estallar petardos de gran potencia.

El fallo recoge que el ingeniero como consecuencia de la agresión sufrió traumatismo craneoencefálico con hematomas, herida inciso-contusa en el pabellón auricular derecho, contusiones y hematomas en región posterior del cuello y antebrazo izquierdo y policontusiones en el abdomen y región lumbar.

El ingeniero tardó en curarse en una primera asistencia un total de 30 días, 8 de ellos impedido para sus ocupaciones habituales, sin que le quedaran secuelas.

En la explotación se había producido ese día un accidente y más de un centenar de personas protagonizaron un tumulto ante el vehículo en el que el capataz intentaba evacuar hacia los vestuarios de la explotación a los tres accidentados.

La sentencia considera probada la participación en la agresión de los cinco condenados si bien éstos alegaron que el atestado de la Guardia Civil sobre lo ocurrido señalaba que las personas que actuaron con mayor violencia no fueron identificadas.