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La Corredoria

Los vecinos denuncian que el vandalismo "arrasa coches y equipamientos a diario"

El concejal de Seguridad Ciudadana estudia crear unidades de Policía de proximidad en 2017 "ante la demanda de algunos barrios de la ciudad"

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Bandalismo en La Corredoria

"Desde hace dos meses, todos los días pasa algo en La Corredoria. Cuando no aparece una fila de coches rayados, hay tres escaparates pintados o mobiliario e instalaciones municipales destrozadas". Maite Orozco, presidenta de la Asociación de Vecinos "San Juan", ejerce de portavoz de los residentes del barrio, cansados de levantarse cada mañana con el temor de descubrir el resultado de un acto vandálico. El último fue en la calle Jaime Truyols, que ayer apareció cubierta de graffitis. Los más llamativos en el escaparate de un bar y de una correduría de seguros. El gobierno local conoce la problemática que vive el área urbana más populosa de Oviedo. Los vecinos han puesto denuncias ante la Policía Local varias veces y se han reunido con el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández. El edil admite que el vandalismo en La Corredoria le preocupa y que estudia crear de manera gradual unidades de Policía de proximidad en 2017 "ante la demanda de barrios como éste".

El campo de fútbol 8 de la calle Llaviada, en el límite con La Carisa, es el mejor ejemplo de los destrozos que sufre el barrio. Y es que la valla metálica que rodea el recinto deportivo está igual que la semana pasada, cuando alguien la reventó, agujereó y levantó por diferentes sitios. "Vinieron a arreglarla de la concejalía de Deportes en cuanto avisamos de lo que había pasado, pero ese mismo día por la tarde volvieron a romperla. Increíble pero cierto", comenta Orozco, que no sabe si se trata de una persona o de un grupo. Los destrozos no se limitan al cierre perimetral del campo. También están estropeados los asientos del banquillo de jugadores y hasta el césped artificial.

La portavoz vecinal insiste en que el vandalismo "arrasa coches y equipamientos todos los días". Hace menos de dos semanas, una hilera de quince coches estacionados en la calle Angustias Pinto apareció rayada. "Parecía como si alguien se hubiese entretenido rajando la carrocería de los vehículos con la llave de sus casa. Horrible", dice Orozco, que añade a la lista de daños mobiliario urbano como jardineras, papeleras o mupis, e incluso intentos de robo en locales de hostelería, una pollería y un café-pastelería, de la calle Jaime Truyols hace varias semanas.

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