"Cada vez sabemos mas cosas pero en el universo aún nos quedan muchos secretos por desvelar y descubrir". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el teólogo y científico, José María Hevia Álvarez, descubridor de la galaxia SMNR 1050, en el año 2000.

Hevia unió su doble condición de hombre de fe y de investigador del cosmos en una conferencia titulada "El misterio del cosmos; la Tierra y el hombre", que impartió con Antonello Novelli, profesor de Psicobiología de la Universidad de Oviedo, y que fue presentada por Juan José Llamedo González, director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas "San Melchor de Quirós", de Oviedo.

"El sol es una estrella de segunda generación y sabemos que las galaxias también evolucionan, nos movemos en ese contexto que ya fue enunciado por Einstein cuando enunció su teoría cerca de la expansión del universo", indicó Hevia, profesor Emérito de Teología y Filosofía de la Naturaleza, del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Oviedo, y del Instituto Superior de Teología de Oviedo, pertenecientes a la Universidad Pontificia de Salamanca.

"Somos periferia, es cierto; tendría que haber muchas civilizaciones pero no se ha encontrado ninguna", señaló el también canónigo de la Catedral de Oviedo, un científico que considera totalmente compatible la idea de Dios con la explicación científica del cosmos. "La Tierra es la casa de la vida; es la casa del hombre", indicó. También pronosticó que la observación del universo se realizará con instrumentos cada vez más precisos y complejos. "Telescopios tenemos de todo tipo, la instrumentación se va haciendo mas compleja para alcanzar mas precisión y se seguirá avanzando", aseguró.

Hevia no pasó por alto historias como la de Julius Schiller que quiso cambiar el nombre de las constelaciones del cielo para cristianizarlas. El zodiaco "pagano", como Escorpio o Libra, se remonta a la época Babilónica y del antiguo Egipto. Schiller en 1627, quiso reemplazarlos por cada uno de los doce apóstoles.

Antonello Novelli, investigador en neurobiología en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular del Instituto Universitario de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, hizo hincapié en que "el hombre es un flash rapidísimo comparado con la historia de la Tierra".

También añadió otros apuntes sobre la historia de la humanidad, como que "los habitantes de la cueva de Tito Bustillo no disponían de elementos para construir un discurso; sólo representaban lo que veían".