Si el Ayuntamiento de Oviedo dejase el futuro de la estatua de Woody Allen en manos del Consejo de Igualdad, la escultura desaparecería de la calle Milicias Nacionales en menos que canta un gallo. La mayoría de las asociaciones que integran este órgano municipal, todas ellas de mujeres, consideran que las graves acusaciones vertidas sobre el cineasta estadounidense están "más que fundamentadas" y que su hija Dylan Farrow dice la verdad cuando denuncia que abusó sexualmente de ella a la edad de siete años, a pesar de que no fue condenado por ello en los tribunales. "Estas cosas no se inventan y no se puede homenajear a un monstruo. La carrera profesional va ligada a la persona y no podemos dejar que el genio eclipse a ese monstruo. Es un depravado y aún así su estatua sigue en las calles de Oviedo", denuncia Eva Irazu, portavoz de la Plataforma Feminista de Asturias, un colectivo al que están ligadas varias asociaciones representadas en el consejo y que lleva meses pidiendo la retirada del monumento.

El tripartito se muestra muy cauto sobre la polémica, pero aún así considera que la decisión sobre la retirada de la estatua de Allen debe abordarse en el Consejo de Igualdad que va a celebrarse "durante la primera quincena de Febrero" y tiene previsto tener muy en cuenta los resultados de ese órgano a la hora de tomar decisiones. La concejal Cristina Pontón (IU) dejó ayer muy claro que el gobierno local "no va a mirar para otro lado" si el consejo aboga por la retirada de la estatua. En todo caso, en el seno del gobierno se considera que el tema supone una "patata caliente" y se alerta de que hay que tener en cuenta varios factores, entre ellos la "presunción de inocencia" del cineasta neoyorquino. Además, otras fuentes del tripartito apelan a la necesidad de separar presuntas conductas personales, "con las que nadie puede estar de acuerdo", del valor de la obra artística de Allen.

La presidenta del Consejo de Igualdad, la concejal socialista Marisa Ponga, dijo ayer por la mañana que el asunto tendría que tratarse en el apartado de ruegos y preguntas porque ningún colectivo había solicitado que se incluyese en el orden del día, pero la situación cambió horas después. "Aunque nosotras no estemos en el consejo como plataforma, sí tenemos varias asociaciones que lo están, por lo que le hemos enviado un correo a Ponga pidiéndole la inclusión del tema en el orden del día. Nuestra intención es que de la próxima reunión salga una petición formal de retirada de la estatua", explicó por la tarde Eva Irazu. "Las mujeres llevábamos toda la vida soportando que la palabra de un hombre valiese más que la nuestra, pero eso ahora ha cambiado. Actualmente miramos a los hombres y les decimos: tu abusaste de mí, quedaste impune y ahora te voy a señalar", añade Irazu.

La presidenta del colectivo Xega (Xente Gai Astur), Yosune Álvarez, también pedirá que se retire la estatua de Woody Allen. "No se les puede dar cancha ni reconocimiento público a los agresores machistas. Haremos toda la presión posible para que se quite", afirma. En la misma línea se mantiene María Jesús Suárez, de la Asociación de Mujeres Progresistas Pura Tomás. "Ya estoy en contra del monumento desde el momento en el que se puso porque las denuncias sobre Woody Allen no son de ahora, pero fue una estrategia de marketing de Gabino de Lorenzo, señala aludiendo al actual delegado del Gobierno y exalcalde por el PP. "Hay que quitarla porque no le aporta nada bueno a Oviedo", añade.

Otras actuaciones

Laura Díez, exconcejal en el Ayuntamiento por el PSOE y presidenta del colectivo Trece Rosas, debatirá el sábado sobre el asunto en el seno de su asociación y llevará esa postura al consejo, pero a nivel personal está de acuerdo con las opiniones anteriores. "Es verdad que no está condenado, pero los juicios fueron hace tiempo y puede que se haya tenido en cuenta quien era la persona a la hora de decidir. Las palabras de su hijo y de su hija dejan claro que hay razones suficientes para creerles. Igual que se quitaron las calles franquistas también se debería de retirar el monumento", dice.

Otras asociaciones, como la de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias, votarían por que la estatua fuese retirada, pero consideran que la lacra de agresiones a las mujeres no se ataja quitando el monumento de Woody Allen. "La estatua no está bien ahí y hay que actuar para que no vuelva a pasar, pero yo no gastaría ni un euro en quitarla cuando se puede emplear en programas contra la violencia o en más policías para velar por las órdenes de protección, por ejemplo", señala la presidenta, Jessica Castaño. Aún así, "si no cuesta nada que la quiten", dice. Gloria García Nieto, de la Asociación Feminista de Asturias y del Colectivo Escuela o Sexista, apoya esa postura. "Como acto simbólico estaría bien quitarla, pero el mundo no se va a arreglar por eso. A mi no me preocuparía nada que la retirasen, pero tampoco entraré en guerra por eso. Cuando pase le sacaré la lengua y está", afirma.

Mujeres en Igualdad prefiere la prudencia. "No es una persona condenada y hay que tener cuidado con eso", subraya Sonia Fernández, que es abogada de profesión.