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Los vecinos del bazar incendiado en Pumarín piden auxilio: "Vivimos entre ratas y amianto"

Una empresa de control de plagas que fue a desratizar el local rehusó entrar ante los restos de uralita y el peligro que entrañan

El presidente del número 36 de la avenida de Pumarín, Francisco López, ante las ruinas del bazar chino, en una imagen de la semana pasada. JULIÁN RUS

Los vecinos del número 36 de la avenida de Pumarín aseguran estar viviendo rodeados de amianto desde hace más de un año cuando el fuego arrasó el bazar chino de la planta baja del edificio y degradó la cubierta del comercio, hecha de uralita. Se trata de un material potencialmente peligroso para la salud si se encuentra en mal estado y está suspendido en el aire en forma de partículas. La comunidad lucha por que finalicen las tareas de desescombro del local, un recinto que ocupa la mayor parte de su patio interior. La falta de acuerdo entre las tres aseguradoras implicadas (la de los comerciantes chinos, la del propietario del local y la de la comunidad de vecinos) ha aplazado sine die la tarea. Entre tanto, las ratas campan a sus anchas entre el manojo de amianto, hierro y objetos quemados del bazar empeorando la situación y rozando la insalubridad. "Vivimos entre ratas y amianto", concluyen unos vecinos que cifran en unas 500 personas de diferentes comunidades las afectadas por la situación.

"Vimos las ratas en verano desde la ventana y avisamos al administrador, que dio parte al Ayuntamiento". Fruto de aquella comunicación, uno de los vecinos del 36 de Pumarín, Francisco López -que este año es presidente de la comunidad- se reunió con la concejala de Salud Pública, Mercedes González, y con un representante de la empresa Lacera, especialista en control de plagas. "El responsable de la empresa dijo que habían desratizado el exterior del bazar, pero que dentro no podían entrar debido al amianto. Es más, que bajo su responsabilidad allí no iría ningún operario", explica el vecino, que no entiende que ninguna Administración pública investigue cómo es posible que los residentes del inmueble convivan a diario rodeados de amianto. La empresa Lacera llegó incluso a emitir un informe al respecto fechado el 31 de agosto de 2017 al que LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso: " (...) no podemos acceder a la parcela por estar contaminada con uralita (que contiene amianto) y es peligroso para la salud. El tratamiento consistió en colocar cebo raticida en todas las alcantarillas de la avenida de Pumarín. Para realizar la desratización en el solar solicitado es necesario que se identifique al propietario, que se limpie y desescombre la parcela, se gestione la uralita con un gestor autorizado y, una vez limpia, si el Ayuntamiento lo considera, se procederá a la desratización".

Según el presidente de la comunidad, la primera fase de desescombro del bazar la pagaron los propios vecinos a través de su aseguradora poco después del incendio. Entonces, los operarios recogieron las partículas en suspensión de amianto (potencialmente peligrosas) gracias a la instalación de un módulo de descontaminación. "Calculo que la comunidad lleva unos 90.000 euros gastados en esto", afirma Francisco López. Ahora, la comunidad ha interpuesto una denuncia con el objetivo de llegar a un acuerdo de conciliación con el resto de aseguradoras para desescombrar, retirar el amianto, reponer el telefonillo del portal o reparar y pintar la fachada.

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