La población asturiana de libélulas y caballitos del diablo está sufriendo cambios por el calentamiento global que propicia el desplazamiento desde el Sur de especies de estos insectos (llamados odonatos), que proceden del norte de África. Así lo relató ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA José Antonio García Cañal, biólogo y estudioso de los odonatos, que habló de la realidad de estos animales en un acto organizado en colaboración con SEO Asturias BirdLife.

García Cañal, al que presentó el periodista de LA NUEVA ESPAÑA y portavoz de SEO, Luis Mario Arce, se detuvo en el caso de la libélula "Trithemis annulata", una de las más comunes en África y Oriente Medio, de la que se tiene constancia en la Península desde 1978 y que ya ha llegado a Asturias. Otra de las que también se han afincado en la región en su viaje desde tierras más cálidas es la libélula emperador pequeña.

"La clave para la llegada de esta especies es el calentamiento progresivo de las aguas; por eso es previsible que lleguen más en los próximos años", indicó el biólogo.

En Asturias viven actualmente alrededor de medio centenar de especies de libélulas y caballitos del diablo, de los que hay 79 especies en España, la mitad de las representadas en Europa.

Estos insectos están estrechamente relacionados con los humedales. Viven en las charcas y cerca de los cauces de ríos como el Nalón, en zonas en las que existe abundancia de vegetación. "Ahora, con motivo del pasado temporal, se dice que hay que limpiar los ríos, pero eso conlleva eliminar el hogar y el soporte vital de muchos invertebrados y vertebrados, entre ellos varias especies de odonatos a las que les gustan los ríos anchos con márgenes arboladas", recalcó.

En la conferencia, que se realizó con motivo del día Internacional de los Humedales, García Cañal también se refirió a la biología particular estos insectos. Una característica que los diferencia a simple vista son sus alas. En reposo, las libélulas las mantienen extendidas; los caballitos del diablo, en cambio, las mantienen plegadas a lo largo de su cuerpo.

Otra diferencia son sus ojos. En las libélulas están uno junto al otro en la parte frontal de la cabeza, lo que semeja un casco de motociclista con una división al centro. En los caballitos del diablo, en cambio, están muy separados y cada uno a un extremo de la cabeza. Las libélulas son grandes y robustas, y cubren distancias largas. Por su lado, los caballitos son esbeltos y pequeños, y vuelan distancias cortas.

La palabra odonato proviene del término griego odontos, "diente", y hace referencia a las poderosas mandíbulas que tienen estos insectos, necesarias para cumplir su condición de carnívoros y depredadores, en especial de mosquitos. Los odonatos viven entre uno y seis meses y su apareamiento, muy llamativo, tiene lugar con frecuencia en pleno vuelo.

La hembra pone los huevos en el agua y el desarrollo pasa por varias fases antes de alcanzar el estado adulto. Las ninfas de los odonatos son acuáticas y suelen denominarse náyades.