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La plaza, en la cuerda floja

El coso de Buenavista cumplirá en agosto 130 años, mientras se dirime cuál será su futuro inmediato

Coso de Buenavista.

De manera recurrente sale a relucir el futuro destino de la Plaza de Toros de Oviedo, que lleva años sin utilizarse. Incluso se ha planteado su demolición. Al margen de los toros, la plaza se utilizó para actividades tan diversas como una asamblea de los Testigos de Jehová en julio de 1979.

El próximo 4 de agosto se cumplirán 130 años de su inauguración en 1889. En las instalaciones de la plaza se conservaba la cabeza del primer toro lidiado con éste texto "Toro de Veragua. Lo mató "Frascuelo" de un pinchazo y una estocada. Tomó nueve varas, mató dos caballos. El día 4 de agosto de 1889 en la inauguración de la plaza de Oviedo". Por el coso taurino ovetense desfilaron las grandes figuras de todas las épocas como Mazzantini, Lagartijo, Joselito, El Gallo, Pastor, Belmonte Gaona o Lalanda en los primeros compases del pasado siglo; Manolete, Arruza, Martín Vázquez, en la posguerra y ya en las décadas siguientes, Antonio Bienvenida Ordóñez, Dominguín, Puerta, Camino, "El Viti" o "El Cordobés".

En 1875, en el Campo de Maniobras existía una plaza de toros de madera ya inadecuada para aquel tiempo y la necesidad de construir una plaza de cemento era evidente. Se barajaron varios espacios como Pumarín, San Lázaro o la Silla del Rey, que al final ganó la partida.

EL 23 de agosto de 1888 el diario "El Carbayón" publicaba un anuncio interesando a los propietarios de Oviedo "tengan terrenos aprovechables para la construcción de una Plaza de Toros se dirijan con sus proposiciones de venta y títulos de propiedad a José Antonio Caicoya hasta el día 31 del presente mes". El 10 de octubre se fundaba una comisión presidida por el arquitecto La Guardia y el 27 del mismo mes, se redactaron los estatutos. El 11 de diciembre, la Junta Directiva de la Sociedad de Espectáculos de Oviedo convocaba una reunión en el Café de París para abrir el concurso para su adjudicación, de acuerdo con los planos expuestos en la calle la Rúa.

La primera sociedad contaba entre sus socios con los hermanos Manuel y Celso San Román. En 1914 fue adquirida por el empresario Manuel Dindurra y en 1918, fue cedida a Palés hasta el incendio del 10 diciembre de 1932 que la quemó en gran parte. La Revolución de Octubre de 1934 causó ciertos daños y finalmente la guerra de 1936 la dejó en muy mal estado.

Al final de la guerra, quiso comprarla y derribarla el conocido empresario ovetense Julián Rodríguez, siendo rechazada la oferta por el alcalde García Conde. Posteriormente los hermanos Dominguín la explotarían hasta 1958.

La reconstrucción de la plaza se prolongaría hasta 1964 y sería en tiempos de la alcaldía de Valentín Masip, cuando se daría un impulso definitivo a la terminación de las obras. A pesar de su estado ruinoso durante décadas, seguiría utilizándose para festivales taurinos y otros usos. Probablemente el hito más recordado en la historia de la tauromaquia ovetense, haya sido la corrida organizada con motivo de la visita de los Reyes a Covadonga, a los fastos del 50 aniversario de la Coronación de la Virgen en agosto de 1918.

Participaron los diestros Rafael "El Gallo", el mejicano Gaona y Limeño. "El Gallo", fiel a su fama de originar "espantás" -un anticipo de Curro Romero-, se negó a matar al segundo toro de la tarde, causando el consiguiente alboroto.

Años más tarde, asistiría a una corrida el Jefe de Gobierno Primo de Rivera. Muy recordada fue otra corrida con toros de Eduardo Mihura. La tremenda envergadura de sus toros hizo desistir de actuar a los picadores y tuvieron que ser conducidos por la Fuerza Pública.

El primer toro causó la muerte de cinco caballos, época aún, en la que los caballos salían sin peto. Al final de la lidiase saldó con 22 caballos fallecidos.

El presidente, ante aquella matanza, se vio obligado a requerir diez caballos de particulares que se hallaban enganchados a sus coches en torno a la plaza. La colocación de los petos se regularía después por una orden de Primo de Rivera.

La última corrida celebrada en el coso de Buenavista, si la memoria no nos traiciona, fue en San Mateo de 2007 con los diestro Manuel Díaz "El Cordobés", "Jesulín de Ubrique" y Francisco Rivera Ordóñez. Se cierran por tanto, 118 años de historia de tauromaquia en Oviedo.

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