Adiós a "Tigra", una década haciendo que Oviedo suene

La banda pone punto final a uno de los proyectos musicales más reconocibles de la ciudad con un último concierto para el que La Salvaje se quedó pequeña

Por la izquierda, Luis Juesas, Germán Mingote, Manu García, Sergio Mata y Rafa Tarsicio, «Tigra», el jueves por la noche, durante su concierto de despedida, en Oviedo. | |  LA SALVAJE

Por la izquierda, Luis Juesas, Germán Mingote, Manu García, Sergio Mata y Rafa Tarsicio, «Tigra», el jueves por la noche, durante su concierto de despedida, en Oviedo. | | LA SALVAJE / C. Lamuño

Hasta tres miembros de la banda repiten, por separado y palabra por palabra, la misma frase: "Igual teníamos que haber hecho dos fechas". La duda era legítima. El concierto de despedida de "Tigra" había colgado el cartel de "todo vendido" demasiado pronto, casi al tiempo de anunciarse, y fueron demasiados los que se quedaron sin ver cómo se cerraba el telón de un proyecto que ha puesto banda sonora a Oviedo durante los últimos diez años. Germán Mingote profundizaba un poco más en el dilema que todos los "Tigra" llevaban días enfrentando. Familiares, amigos, colaboradores y conocidos se veían obligados a quedarse a las puertas de La Salvaje por falta de aforo y lo que en cualquier otra ocasión se hubiese resuelto ofreciendo dos pases, esta vez era imposible. "Una despedida no puede hacerse dos veces, porque emocionalmente no es lo mismo", explicaba Mingote. Y la cita de la noche del jueves, la de la llegada de los Reyes Magos, fue un regalo que consistió en vaciarse, para el público y para la banda.

Diez años se cumplían desde su debut en la misma sala y, ahora, el grupo quiso poner punto final al proyecto cerrando el círculo. El escenario que, entonces, les iba holgado, ahora les viene pequeño. Los "Tigra" ofrecieron un concierto largo, muy largo: casi dos horas y 21 temas, para poder hacer un repaso a una carrera que ya no puede verse como corta. Son jóvenes o lo eran –¿lo somos?–, pero en un suspiro ha pasado una década y, ayer, había pocos que no conociesen la letra de aquel primer "Déjalo Girar". Que ya ha llovido.

"Tigra" ya avanzaba al ralentí hacía un tiempo. El último tema compuesto por el grupo puede entenderse como metáfora de lo que ha pasado y que es común a tantas otras bandas: "Al universo se la suda tu plan / primero gánate el pan", coreaba el cantante y letrista, Rafa Tarsicio. Y, en la disolución de la banda hay un poco de eso: de necesidad y colisión entre el proyecto y las vidas profesionales de cada uno de sus integrantes. Las distancias, la dificultad de programar ensayos, componer o incluso tocar han hecho que este grupo de amigos terminen por rendirse, entregar los instrumentos y colgar los disfraces de "Tigra".

Tarsicio, que sobre el escenario de aquel "Oviedo Rock" de 2016 que ganaron, se definió como "ovetense, oviedista y anti-nada" ya hace años que no vive en la capital asturiana. Se dedica a la publicidad, mantiene un proyecto musical en solitario y ha comenzado otro de la mano de un gijonés y sportinguista, Jano García, bajo el nombre de "Puño Dragón". Su primo, el saxofonista y artista plástico Manuel García, se mantiene vinculado al mundo de la música a través del grupo que comparte con su hermano, Alberto: los conocidos "Alberto&García". Germán Mingote cada vez centra más su tiempo en su labor de productor a través de "House of Light Studio", que regenta en un local de Oviedo. El guitarrista Luis Juesas, es médico y está especializado en cirugía. Álvaro Santullano, batería del conjunto, trabaja como profesor en Ribadeo, ocupación que comparte con Sergio Mata "Kolor", que ahora quiere impulsar también un estudio de arte.

De momento, ellos dicen que es un adiós. Tras el concierto hubo abrazos y brindis por todo lo vivido. Es un adiós definitivo, dicen, de momento. Pero hubo quien se quedó fuera y quien, desde dentro, aseguraba que había sido, sin duda, su mejor concierto. "Tigra" puede volver siempre que quiera porque, seguro, habrá quien quiera escucharlos.

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