Filipinas, el gran Dorado español

Las islas Filipinas eran la punta de lanza del poder español en el Pacífico, como ahora lo son de los Estados Unidos. El Galeón de Manila fue en el siglo XVI la primera ruta comercial (que no necesariamente siempre hizo un galeón), que unió Asia, América y Europa con sus puertos base en Manila, Acapulco y Sevilla o Cádiz. La nave salía a final de junio, –época de los monzones– del puerto de Cavite, en la bahía de Manila, y tocaba destino la última semana de diciembre. En el viaje de vuelta, zarpaba de Acapulco en marzo y atracaba en Filipinas hacia junio.

El periplo propició un rico intercambio de mercancías, cultura y vivencias, que ahora relatan en un libro la doctora en Historia y profesora de español en Los Ángeles, Silvia Ribelles y Rafa Codes, historiador y jurista. El Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA se vio ayer abarrotado –expresión que precisamente viene de amarrar las mercancías en los barcos con barras o barrotes– para escuchar historias como las de la mitra y el báculo de filigrana de plata de San Fermín de los Navarros, que llegaron en el Galeón de Manila, procedentes de un taller cantonés y enviados por el indiano Felipe de Iriarte en 1764; los cotizados mantones de Manila que en realidad eran de seda china (de Cantón), como bien se canta en "La verbena de la Paloma" o las porcelanas orientales que pueden contemplarse hoy en las vitrinas del Palacio Real de la Granja; marfiles, alfombras, tapices y algodón de la India. "El viaje de Colón, el de Magallanes y el tornaviaje de Urdaneta son los tres grandes periplos de la historia, todos ellos ligados a la búsqueda de las especias", indicó Rafa Codes, que "rogó" a todos los presentes difundir la historia de España, sin complejos. "En todos esos viajes prevaleció esa capacidad de pactos con las poblaciones nativas, algo netamente español", indicó.

"El Galeón de Manila trasciende la historia de España, es historia del mundo", recalcó Silvia Ribelles, que explicó cómo la firma comercial tuvo su origen en el puerto de Acapulco. "Durante siglos, el Pacífico fue llamado ‘el lago español’, una historia que empieza cuando Núñez de Balboa, un hidalgo extremeño de Jerez de los Caballeros, va caminando por un sendero, manda parar a toda la comitiva. Sube hasta la cima y la inmensidad azul que ve le hace ponerse a rezar; contemplaba la mayor extensión de agua del Planeta, el Océano Pacífico", indicó Rafa Codes.

Uno de los barcos que cubrieron la ruta fue el "Nuestra Señora de Covadonga", apresado por el buque británico Centurión, comandado por George Anson, el 20 de junio de 1743. En el Galeón de Manila viajaban misioneros, oficiales reales, mercaderes y soldados. También, plata, vacas, caballos y plantas como el maíz, cacao, tabaco, caña de azúcar, tomate o calabaza, como explicó Guillermo Nicieza, que presentó el acto.