Las respuestas virales de un hostelero ovetense a las críticas en internet: "Tenga cuidado con jugar con el pan de la gente"

Las contestaciones del empresario en una conocida red social, implacables

Un cachopo

Un cachopo / Freepik

B. Z. C.

Sin tapujos ni complejos. Así se defiende un hostelero ovetense de las críticas -a su juicio injustificadas- que recibe de supuesto comensales "escondidos" bajo un nombre falso en internet. Las respuestas del empresario, que no tienen desperdicio, ya han sido comentadas en redes sociales por su implacabilidad. "Tenga cuidado con jugra con el pan de la gente, que un día pueden jugar con el suyo", "es mejor ir detrás a lo zorro en redes sociales" o "¿despejaste ya la moña?" son algunas de las frases que ha dejado el empresario. Estos son algunos ejemplos:

Jugar con el pan

La crítica del comensal fue la siguiente: "Lamentable, mal olor, mala imagen, sin espacio, muy sucio. La señora de la cocina salía del aseo con un pescado en la mano.

No lo recomiendo", escribió un usuario en esta red social. La respuesta del hostelero no se hizo esperar: "Impresentable usted y su actitud. Dice que se va porque huele fuerte a pescado y luego que si puede quedar a tomar algo en la barra. ¿A qué juega? ¿Cómo se come eso? Vergüenza le tenía que dar semejante controversia. Menos mal que se fue, porque no pensaba atenderle. ¿Sabe qué? Para darse su caprichito dejó a unos buenos clientes sin mesa. Tenga cuidado con jugar con el pan de la gente porque un día puede que lo hagan con el suyo.

La estafa de Caravaca

Aquí la crítica del comensal, natural de Caravaca de la Cruz, según su perfil en la red social: "Que con las zamburiñas, congeladas y con tierra (aunque debo de decir que puede que sea el único plato que salve), nos ofrece un "pulpo" que está recién cocido. Pues no, no es pulpo, es potón, pero te lo ofrece y te lo cobra como pulpo, y a todo esto le añadimos que nos cobra 2,40 euros por pan que no pedimos y que, por supuesto, no nos comimos (tonta de mí por darme vergüenza y no decírselo). Y como no podía ser de otra forma, las copas del vino estaban sucias, había cortado jamón para otra mesa y justo cogió las copas nuestras con las manos llenas de grasa y nos puso las copas con grasa y sin secar después de haberlas sacado del lavavajillas. Me siento totalmente engañada".

La respuesta, absolutamente imperdible: "¿Potón? ¿Qué es eso? No trabajamos ese género. ¿Zamburiñas con arena? Es imposible, nunca la traen. ¿Copas llenas de grasa? Las copas las repaso yo una por una escrupulosamente, al igual que me lavo las manos después de cortar jamón. Te voy a decir una cosa: aparte de mezquina y mala persona eres cobarde. Tan fácil como decirme que te quitase el pan y asunto arreglado. Pero no, es mejor ir por detrás a lo zorro en redes sociales y decir que me da vergüenza (la cual, yo creo no tienes). Hazte un favor, fórmate para salir a comer fuera y luego opina, no hagas el ridículo. Estafado sí me vi yo en Caravaca cuando fui a ver a jugar a mi equipo. Viendo la hostelería de tu pueblo, dime de qué presumes y te diré de qué careces".

La niña del Exorcista

Esto es lo que dejó escrito el comensal: "No nos gustó nada la actitud del gerente. Hemos comido en su casa cada vez que vamos a Oviedo, y siempre ha estado bien, pero esta última vez no: platos sucios, comida normalita y el postre no nos sirvió lo que habíbamos pedido. Cuando reclamamos no nos hizo ni caso. No volveremos, una pena".

Esto es lo que contestó el empresario: "Por usted estaba esperando, mire por donde. ¿Despejastéis ya la moña? La mentira tiene las patas muy cortas, asi que decirle que usted y yo no nos conocemos de nada; con lo cual era la primera vez que estaba aquí. Y espero que sea la última. Tomándose atribuciones y confianzas que no le correspondían, amén de molestar a demas clientes; pidiendo filtros, metiéndose en conversaciones, haciendo fotos con camisetas ajenas u ofreciendo tabaco de liar. PD: Ya limpié el recado del baño de la niña del exorcista".

"Miente como un bellaco"

Todo comenzó con la siguiente crítica: "He ido a comer después de leer las magníficas opiniones. He ido a comer el menú en día festivo, que consistía en arroz con marisco, merluza rellena de marisco, jabalí, etc... Viendo esto pensé que sería magnífico. Delante pedimos navajas frescas, que no entraban en el menú. Bueno, pues jamás he comido un menú tan malo... Siento romper la racha de buenas opiniones. Eso sí, la atención y el trato muy cuidado".

La respuesta: "¿Sabe una cosa? Esta mintiendo, miente como una bellaco. Si estaba muy malo, ¿por qué se lo comió todo? Si era incomible, ¿para qué me felicita? Veo su perfil y compruebo que tiene tres opiniones, y las tres pésimas. Usted solo sale de casa a hacer daño. Reflexione porque actitudes así aportan bien poquito".