El huracán Bisbal arrasa en La Ería

Las vueltas y piruetas del almeriense levantan a las 5.000 personas que acudieron al concierto y corearon todas las canciones

Vueltas y más vueltas, hasta diez para arrancar algunas canciones; patadas voladoras y movimientos de caderas y posaderas que no están al alcance de cualquiera. David Bisbal llegó anoche a La Ería como un huracán para conseguir arrastrar a unas 5.000 personas incapaces de resistirse a saltar y corear casi todas sus canciones.

"No vamos a parar ni un momento, ¿aceptais el reto?", preguntó el almeriense, obteniendo como respuesta un rotundo sí. A partir de ahí, el artista no defraudó. Acompañado de cinco músicos, inició con "Ajedrez" y "Quién me lo iba a decir" un recital de bailes y exhibiciones, todo con un potente chorro de voz.

Con "Lloraré las penas" y "Oye el boom" demostró tener un interminable catálogo de movimientos y luego, cuando el sudor empezó a inundar su frente, bajó el ritmo y tiró de baladas. "Mi princesa", "El ruido" o "Culpable" fueron ejemplo de temas más tranquilos, elegidos para la parte central del recital.

El público, muy generoso y el más numeroso en lo que va de fiestas, se mostró entusiasmado. "Es un espectáculo, igual te baila como el mejor, que te deja boquiabierta con su voz", explicaba, sin dejar de saltar, Loli Menéndez, una langreana de 40 años y fan incondicional del andaluz.

Junto a ella, una joven Alicia Villa, vecina de 24 años de La Corredoria, se entregaba al cantante en pleno éxtasis de la canción "Ay ay ay". "En la tele ya parece bueno, aquí es mucho mejor", apuntó, confesando su predilección por la canción "Esclavo de sus besos".

"Corazón Latino", "Ave María" y "Bulería", cierre apoteósico

Uno de los temas más cantados fue el superéxito "Silencio", una canción con la que aprovechó para reactivar al público de cara a la recta final de la actuación, pues desde ese momento, los saltos, los brazos en alto y los coros multitudinarios no cesaron.

La cercanía del almeriense fue clave para meterse al público en el bolsillo. Su saludo directo a los niños asturianos de La Voz Kids, uno de los programas de televisión que ha redoblado su fama, dio fe de ello. "Os quiero, vuestros padres estarán orgullosos", les lanzó desde lo alto del escenario. Otro guiño lo tuvo hacia algunos de sus paisanos almerienses, a los que agradeció su apoyo de "paisanos".

Con "A contracorriente" decidió coger una bandera de Asturias con su cara grabada que le llegó desde el público y que utilizaría ya como un complemento más del show. La ondeó, la puso al cuello y la levantó mientras daba sus características vueltas una y otra vez..

"Perdón" y "A partir de hoy" fueron una exhibición de voz, canciones fuertemente aplaudidas previas a la despedida, introducida con un homenaje público a técnicos y músicos. "Lo más grande, no obstante, ha sido este público de Oviedo", remató Bisbal amagando con un final abrupto de la actuación.

Los gritos de "¡otra, otra!" y los silbidos fueron seguidos de largos segundos de suspense. Finalmente, volvió para arrasar como una auténtico ciclón. "Corazón latino", "Bulería" y "Ave María", los temas con los que empezó todo, pusieron la guinda y elevaron la temperatura hasta lo más alto para un cierre apoteósico. El huracán Bisbal pasó por Oviedo y arrasó. También amenazó con volver. "Me encanta esta tierra", confesó.

El público abandonó el recinto situado junto al Carlos Tartiere más que satisfecho. "Ha estado genial", se escuchaba a la salida. "Olé ese artistazo", añadía otra mujer con acento andaluz. "Que lo traigan todos los años", pedía un hombre, contento tras una gran noche.

No hay duda. Bisbal llegó, cantó, venció y convenció junto al templo azul.

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