Coihue, un comercio inédito de cosmética y decoración naturales en Oviedo, obligado a cerrar: "Nos mataron los altos gastos"

Quisieron tomar un rumbo que se saliese de lo habitual, con una exposición "diferente" y una "experiencia de compra", pero los impuestos batieron a la originalidad

Los hermanos Mariana y Rubén Battilana, en Coihue, su tienda de la calle Doctor Casal. | O. L.

Los hermanos Mariana y Rubén Battilana, en Coihue, su tienda de la calle Doctor Casal. | O. L. / Oriol López

El pequeño comercio sufre en general y Oviedo no es una excepción. El centro de la ciudad tampoco se libra. Entre las múltiples historias de emprendimiento que, desgraciadamente, terminan en cierre, está la de Coihue. Es un establecimiento dedicado a la decoración y a la cosmética naturales que apostó por la originalidad con un concepto inédito en la capital de Asturias. Cuatro años después se ve abocado al cierre tras sufrir el envite del covid a los pocos meses de abrir. Después, las condiciones económicas globales "nefastas" les golpearon. La presión fiscal se sumó a la fiesta para agitar un cóctel que no les deja otra opción que liquidar existencias y bajar la persiana en su tienda física. "Nos mataron los altos gastos, los impuestos", explica Mariana Battilana, que regenta el negocio junto a su hermano Rubén Battilana.

El producto de Coihue, cuyo nombre procede de un árbol que crece en Argentina a los pies de los Andes, tiraba por la calidad y la artesanía. Los Battilana, naturales de dicho país pero con raíces asturianas por parte materna, se lanzaron a la aventura por el trabajo de Mariana como maquilladora. Su interés por el cuidado de la piel enlazó con la naturaleza y los productos sin adulterar. El trasfondo del paraíso asturiano también tuvo mucho que ver. Decidieron darle una pareja a la cosmética y optaron por la decoración.

Quisieron tomar un rumbo que se saliese de lo habitual, con una exposición "diferente" y una "experiencia de compra". Las mesas y estanterías de su comercio, manufacturadas en países como India o Birmania, dan fe del cuidado que pusieron "Para nosotros el elemento físico es muy importante", destaca Mariana Battilana, dentro del cual incluye el servicio al cliente, "fundamental", y no solo "la pura venta". La inclinación hacia lo artesano se convirtió en una calle "sin salida" y comenzaron los ajustes. "Buscamos otros proveedores de decoración, para que la venta final resultase más asequible". No tuvieron el efecto esperado por los Battilana.

Tras una campaña navideña "normal", la decisión final de echar el cierre llegó en enero. La liquidación, que marcha bien, según explica, les permite recuperar, que no ganar, algo de dinero. Admiten que no son el único pequeño negocio que "lucha" por continuar abierto en el centro.

Tras clausurar su tienda física, seguirán el negocio en su hermana digital. Aun así, en sus palabras, sus mercaderías tienen mucha competencia en Internet con el ajuste de precios de otras tiendas. Lamentan el adiós de su local en Doctor Casal, especialmente por no prestar servicio a la clientela "fiel" y que les costó conseguir, ya dieron a conocer su marca desde cero.

Mariana Battilana cierra este proyecto, que fue "ilusionante", definiéndolo como un "máster de aprendizaje brutal". De cara al futuro, pone la vista en un proyecto gastronómico que también quiere que se salga de lo habitual. Eso sí, remata, su sueño es montar algo en el sector hotelero, en el turismo rural. En Aller, de donde son sus abuelos asturianos. El lugar que hizo que desde pequeña cayera cautivada por Asturias.

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