Oviedo pone el broche de oro a una Semana Santa de devoción y multitudes

La nueva y aclamada procesión del Resucitado de Teatinos, que duró más de 4 horas, reúne ante ella a fieles y turistas

La Semana Santa de 2024 ya es historia en Oviedo. La ciudad cerró con un espléndido Domingo de Resurrección ocho días de mucha devoción donde el temporal que azotó Asturias no fue finalmente un obstáculo. Las multitudes en las calles y en los establecimientos carbayones han sido una constante y los rayos de sol de la mañana de este domingo dieron el empujón definitivo para que el último día de fiestas fuese uno de los de mayor aluvión de gente. La última procesión, la del Jesús Resucitado, puso el broche final a las celebraciones religiosas con un recorrido kilométrico entre la Catedral y Teatinos, que se realizó en algo más de cuatro horas.

La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, María Santísima de la Aurora y Virgen de Covadonga, la más joven de la ciudad, se estrenó en un Domingo de Resurrección. Sus tablas a la hora de portar el paso fueron impropias de unos debutantes.  "Golpe de martillo, pierna derecha arriba, segundo golpe: arriba del todo", se aleccionaba a los 25 costaleros encargados de cargar con la talla de Jesucristo Resucitado. Con sencillez y sin grandes estruendos, la cofradía que dirige Graciano Maujo bajo la dirección espiritual del párroco José Ramón Castañón, "Pochi", confirmó que ha llegado para quedarse.

El único lunar de la procesión fue un incidente que retrasó su salida, prevista para la una y cuarto en la corrada del Obispo. Un hombre que esperaba al paso dio el susto al sufrir una indisposición y tuvo que ser atendido por los servicios médicos. Entre aplausos, se lo llevaron en camilla, aunque se marchó consciente y saludando a los presentes. Calmados los ánimos, sonó el Himno de España y arrancó la procesión, a la que acompañaron un grupo de mujeres con mantilla y la agrupación musical "San Salvador", con su carácterístico sonido de trompetas. A la indumentaria con túnica y capirote blanco impoluto de la hermandad de Teatinos, le dieron colorido miembros de otras cofradías que escoltaron a la procesión.

La comitiva, en la que también iba el Arzobispo Jesús Sanz Montes, llegó a la plaza de la Catedral, el lugar donde la esperaba un mayor número de fieles. El "Aleluya" de la resurrección de Cristo dio paso a un minuto de aplausos ininterrumpidos. Tras recorrer el Ayuntamiento, las calles Argüelles y Jovellanos, la marcha protagonizó una curiosa estampa al pasar junto a la "faba" de la plaza de la Cruz Roja. Después, enfiló la plaza de las Palomas y la calle Bermúdez de Castro para llegar a la sede de la cofradía, la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga poco antes de las seis de la tarde. 

El paso también lo contemplaron algunos turistas que se dejaban caer por el casco antiguo. La madrileña Ana Suárez aplaudía con efusividad, aunque llegó allí de casualidad. Lo que realmente le interesaba era la banda de gaitas del folclore en la calle que animaba otros puntos del centro. Luego se iba a comer a la calle Gascona, donde los restaurantes tenían todo reservado. En la patronal hostelera Otea, su presidente en Oviedo David Codón aún está a la espera de los datos definitivos de sus asociados, aunque comparte las buenas sensaciones que le transmiten los profesionales del sector. 

Pedro Caramés, presidente de la Asociación de Hosteleros de Gascona, confirma que esta Semana Santa ha sido muy positiva. "Ha ido mejor que otros años. Tardamos en arrancar pero estos días festivos han sido fabulosos", explica. En sus mesas esperaban aún pandillas grandes de turistas, sobre todo procedentes de Cantabria y del País Vasco, donde aún tienen un día más de vacaciones al ser festivo este Lunes de Pascua. "La gente que viene de fuera nos confirma que Oviedo merecía ya el título que ostenta como Capital Española de la Gastronomía. Somos un referente del producto de calidad y de proximidad", incide el hostelero. 

Devotos o no, al paso de las procesiones no cabía un alfiler en las terrazas de la zona histórica. Los establecimientos del Antiguo, representados por Pablo Cueto, también celebran los llenos en bares y restaurantes. Cueto repara en que el turismo cada vez llega antes a la capital del Principado y destaca también la afluencia de clientela en las semanas previas a estos días de vacaciones. "Ya estábamos hasta arriba", dice. Cerrada la Semana Santa, los hosteleros ya piensan en un verano que promete ser concurrido en la ciudad. "Dice la tradición que si la Semana Santa es buena, el verano es aún mejor", aventura Pedro Caramés.

Además de una Semana Santa al auge en adeptos, la disputa desde 2006 de la Oviedo Cup se ha convertido en "una garantía" para el turismo ovetense en estas fechas. Lo confirma el hotelero Ángel Zubizarreta, presidente de la asociación empresarial Oviedo Congresos. El torneo internacional de fútbol base trajo esta edición a más de 5.000 niños de fuera de Asturias y a sus respectivos padres, que además de alojarse en la ciudad, vienen dispuestos a disfrutar del buen beber y del buen comer. Las familias Zenitagoia y García, procedentes de Eibar, buscaban a la desesperada un lugar en el que "comer con sidra". Y esperan que el fútbol sea excusa para repetir en Oviedo el año que viene porque aún les ha quedado "mucho por ver".