Máximo Huerta: "Una anciana de 80 años me parece más moderna que una joven de 23"

"Ojalá todas las familias fuesen felices, pero no es así; la infancia es a menudo un territorio hostil", asegura el autor de "París despertaba tarde"

Máximo Huerta, escritor: "No escribiría de ningún personaje de la política actual, todo es efímero y no van a quedar grandes nombres"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Fernando Rodríguez

María José Iglesias

María José Iglesias

"Una anciana de 80 años que se ha adaptado a tantos cambios me parece mucho más moderna que una joven de 23 que solo busca ‘likes’ en Tik-Tok". El escritor Máximo Huerta (Utiel, Valencia, 1971) dejó claro ayer, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, que sabe conectar con la audiencia como nadie y que aborda con soltura e incluso con humor su breve paso por el Ministerio de Cultura o la compleja relación con su padre. Lo demostró en una sala abarrotada para escucharle hablar de su libro "París despertaba tarde" (ed. Planeta), una novela ambientada en la ciudad del Sena en 1924, hace justo un siglo, cuando bullía la alegría y la creatividad, y el fantasma de otra guerra en Europa permanecía lejano.

Máximo Huerta, durante la firma de libros, fotografía a una lectora con la bolsa de su tienda en Buñol, La Librería de Doña Leo. A la izquierda, el autor, con la escritora Mayte Uceda, afincada en Cudillero y con la que comparte agente editorial en Planeta. | Fernando Rodríguez

Máximo Huerta, durante la firma de libros, fotografía a una lectora con la bolsa de su tienda en Buñol, La Librería de Doña Leo. / Fernando Rodríguez

En una conversación con Chus Neira, periodista de LA NUEVA ESPAÑA, el escritor y periodista, que fue ministro de Cultura y Deporte en el primer Gobierno de Pedro Sánchez por un periodo de siete días, bromeó incluso con el asunto, precisamente al referirse a lo modernas que son esas señoras mayores "que incluso han visto pasar muchos ministros de Cultura". La frase despertó los aplausos y la risa del público, en un patio de butacas donde podían verse bolsas de la tienda que Máximo Huerta ha abierto en Buñol, La Librería de Doña Leo, la primera que existe en este pueblo valenciano del que ha salido gran parte del papel utilizado en España. "Espero que no me pase como a Ana María Matute, que tardó 20 años en terminar un libro; ahora me siento cansado y tengo la cabeza embotada, también por asuntos de casa", confesó el autor, que se mudó a Buñol para cuidar de su madre, Clara Fernández. Su nueva vida le aporta tranquilidad. "No echo de menos otras cosas, las he vivido y pienso que al final lo que realmente nos hace felices es vivir en paz", reflexionó.

En su novela late París, la ciudad que tan bien conoce y que ya le ha inspirado en otras ocasiones. "Yo quería que París fuese una protagonista más del libro y me he centrado en describir la realidad más cruda de la ciudad, cuando el principal monumento eran esas enormes terrazas en las que todo el mundo se mezclaba y de las que surgían tantas historias, algo que ahora no pasa", recalcó el escritor, que alabó la uniformidad estética de las terrazas con las típicas sillas antaño elaboradas en bambú y mimbre, un material que ahora ha dado paso al aluminio con ratán. "En París acertaron cuando alguien decidió que todas las sillas fuesen iguales; eso es algo que nos falta hacer en España", sostuvo el escritor, que además de una legión de admiradores recibió la visita de su compañera de editorial la escritora Mayte Uceda, afincada en Cudillero.

Máximo Huerta –Max, como le llaman sus amigos– tampoco obvió cuestiones como la infancia: "En todas mis novelas la arrastro literariamente y no me he acabado de despegar nunca, lo haré cuando me llegue la vejez", señaló.

Máximo Huerta: "Una anciana de 80 años me parece más moderna que una joven de 23"

El autor, con la escritora Mayte Uceda, afincada en Cudillero y con la que comparte agente editorial en Planeta. / Fernando Rodríguez

En "Adiós, pequeño", premio "Fernando Lara" de novela, Huerta utilizó elementos de su propia realidad y retrata a su padre como un hombre estricto y ausente, poco dado a mostrar afecto por su familia. "Crecí escuchando las advertencias de mi madre: ‘Que viene tu padre, que no se entere tu padre’, igual que ocurría en tantas casas", indicó. "Ojalá todas las familias fuesen felices, pero no es así. La infancia es un territorio hostil muchas veces. Pero preferimos mentir y narrarla como debería ser; en realidad todos mentimos sin parar cuando relatamos nuestra vida", explicó. "A los parisinos les ha gustado mucho que no relate el París más obvio y vaya a lo turbio. Me lo he pasado muy bien reviviendo aquellos Juegos Olímpicos de 1924, en los que estuvo la tenista española Lili Álvarez", concluyó Máximo Huerta, que terminó con una multitudinaria firma de libros que se prolongó durante dos horas.

Hoy, a las 19.30h.: La industria naval y marinera en Asturias

La semana culmina hoy con una mesa redonda sobre la industria marina y el ocio del mar en Asturias. Estarán Álvaro Platero, presidente de Gondán; Amelia Menéndez, exalcaldesa de Carreño; Rubén González, director de la Escuela de Marina Civil de Gijón; Santiago Vázquez, director de ERSHIP Alvargonzález, y Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, que presentará el acto.