La alegría por el trabajado triunfo ante Osasuna, que hace empatar a los azules con los puestos de play-off, se vio reflejada en la despedida entre el equipo y la afición al término del partido. La plantilla se dirigió al fondo norte, a la zona de animación, y allí fue despedida con el famoso grito vikingo, puesto de moda por la selección islandesa de Diegui Johannesson, precisamente el jugador que marcó el gol que significó la victoria oviedista ante los rojillos.

La nota curiosa del encuentro tuvo lugar a los veinte minutos de la segunda mitad, cuando el jugador de Osasuna Lillo luchó por evitar que un balón se saliese por la banda, y debido a la acumulación de agua se deslizó más de lo que había previsto y se llevó por delante a Anquela. El técnico azul se levantó pronto sin secuelas y le dio una palmada al jugador navarro para indicar que todo estaba bien.

El que sí tuvo que ser atendido fue un joven del fondo de animación, que le cayó un trozo de una placa del techo, y que tuvo ser curado por los miembros de Protección Civil, pero sin que el susto pasase a mayores.