Así es por dentro Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

"Hemos crecido mucho y hay margen de mejora", dicen desde la residencia azul, que alberga a jóvenes promesas llegadas de todo el mundo

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Es una especie de ciudad dentro de la propia ciudad. Lleva en pie desde 1929, pero parece estar oculta, como al margen del movimiento de Oviedo. Está muy cerca de la estación de autobuses de la capital, en la falda del monte Naranco y tras su portón el Real Oviedo guarda una de sus apuestas para crecer como club: el área internacional. El búnker carbayón con acento extranjero. La residencia Fundoma, el antiguo orfanato minero, es una de las sedes del club desde 2018. El desarrollo de un año a esta parte se aprecia en una visita. Uno de los edificios del complejo es algo así como el campamento azul para los jugadores extranjeros que vienen a probar con el conjunto azul. La mayoría vienen becados tras acuerdos del club con diferentes academias de todo el mundo. El último pacto ha sido con una de Australia, lo que implica que el Oviedo está presente en todos los continentes. La parte azul de Fundoma parece un colegio mayor universitario. Es una residencia con tres plantas, bandera del Oviedo en la entrada y escudo del equipo azul y una veintena de habitaciones.

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo / Xuan Fernández

"Esto ha crecido muchísimo en poco tiempo y todavía tenemos mucho margen de mejora", asegura Iván Palacios, exentrenador, director del área internacional y motor de la parte azul en Fundoma, que también alberga espacio para varias oficinas del Principado y una residencia de ancianos. Antonio Perea, Marcos López y Alejandro Toro, tres jóvenes panameños, hacen tiempo jugando al futbolín en el salón de la residencia, que está en la primera planta. "Nos levantamos muy pronto, como a las 8 de la mañana. Bien pronto vamos a entrenar a Tensi y luego comemos aquí. Vemos mucho fútbol", explica Perea.

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo / Xuan Fernández

Fundoma tiene un campo de fútbol, insuficiente en cualquier caso para lo que necesita el club, de ahí que los entrenamientos tengan lugar en Tensi.

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo / Xuan Fernández

"Estamos muy contentos en la residencia, aprendemos otra cultura e intentamos crecer a partir del fútbol". En Fundoma hay en estos momentos unos 40 chavales de once nacionalidades diferentes. "En verano llegó a haber 80 jugadores de 40 países", dice Dani Acebal, director técnico del área internacional. Palacios y Acebal, sentados en el sofá, reflexionan sobre cómo ha crecido el club de la mano de Fundoma. "Trabajar con jóvenes extranjeros es muy gratificante. Muchos tienen un origen muy humilde y es un placer recibirlos, nos aporta mucho convivir con ellos y hay muchos que juegan fenomenal al fútbol y en el futuro podrán ser futbolistas", matiza Palacios.

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo / Xuan Fernández

"Nuestro objetivo es expandir la marca a nivel internacional", dice Acebal. Otro de los hombres clave en Fundoma es James Harriman, responsable de proyectos internacionales y algo así como el chico para todo de los jugadores. "Si me necesitan para algo me llaman, y si no, también", explica este joven británico que vino a Oviedo a acabar sus estudios y acabó quedándose en Asturias.

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo

Fundoma, el búnker internacional del Oviedo / Xuan Fernández

En Fundoma, un departamento que depende de la Fundación del Oviedo, se atisba un crecimiento porque además la filosofía de Pachuca pasa por tener residencias para los equipos, como sucede en México. "Esto puede dar beneficios para el club", sostienen en Fundoma. La convivencia entre jugadores, aseguran, es enriquecedora. Muchos se quedan el curso entero, pero otros solo unos meses. Los que optan por la primera opción compaginan el fútbol con las clases. "Aprenden a ser independientes y la mayoría son muy responsables", finaliza Palacio. Las puertas de Fundoma se cierran porque finaliza la visita, pero el oviedismo ahí dentro no para.

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