El análisis del rival: el filial amarillo, una dura prueba para el Oviedo

El conjunto de Carrión se enfrenta al Villarreal B el domingo pensando en volver a ganar en el Tartiere

Colombatto protege el balón ante la presión de Del Moral.

Colombatto protege el balón ante la presión de Del Moral.

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

Un partido complicado. Difícil y trascendental para el Oviedo. Ahí es donde tienen puesta la vista los hombres de Luis Carrión, que se enfrentarán al Villarreal B en el Tartiere (domingo, 18.30 horas).

El Oviedo llega con Luengo dentro del once, al que se le ha terminado ya el castigo por la tarjeta roja que sufrió en el partido en casa contra el Racing de Santander y por la que no pudo viajar a Madrid para enfrentarse al Alcorcón. Luismi y Colombatto se entrenaron el domingo tras regresar de madrugada a la capital del Principado en solitario, apartados del grupo por varias molestias tras el choque liguero. Sin embargo, no parece que ninguno de los dos tenga una lesión por la que no puedan disputar el partido del próximo domingo. El resto está operativo para ponerse a las órdenes del técnico catalán.

Y es que lo que tiene los azules por delante es un filial. Estos conjuntos suelen ser peligrosos, con jugadores que buscan sobresalir para lograr un puesto en el primer equipo. Marchan en la zona baja de la tabla, sí, pero eso no quiere decir nada. De hecho, en la primera vuelta, el Oviedo rascó un punto en La Cerámica en el tiempo de descuento. Un equipo sólido, al que su entrenador, Miguel Álvarez, ha preparado a la perfección a pesar de que suma cuatro derrotas consecutivas.

El filial del submarino amarillo suele utilizar un 5-3-2 cuando juega a domicilio. El entrenador jienense siempre busca un dibujo a través del que sus jugadores puedan combinar, dominar el balón desde atrás y buscar las oportunidades por los laterales. Su problema es la presión. Es un equipo que mantiene las líneas bastante adelantadas y sufre mucho a la contra. Una vez que el rival es capaz de superar las primeras líneas de presión, tiene mucho más fácil llegar a terminar la jugada.

Los amarillos tienen, además, problemas a la hora de asociarse en el medio del campo. De hecho, casi todos los goles encajados por el filial amarillo vienen tras recuperaciones de balón en esta zona del campo.

Este juego, tan dependiente de las jugadas por las bandas, a pesar de otorgarles bastantes goles a favor, provoca que sus rivales aprovechen huecos por dentro. El repliegue de los mismos hacia el interior del área se hace complicado al estar tan alejados, y los centrales se han visto forzados en más de una ocasión a ser más duros de lo necesario, con lo que eso implica.

Una de sus mejores bazas es que poseen a un jugador con mucha experiencia en la máxima categoría del fútbol español: Javier Ontiveros. El marbellí acumula en su mochila seis temporadas en Primera División, repartidos entre Villarreal (primer equipo), Huesca, Málaga y Osasuna. Además, ha jugado también cinco campañas en la categoría de plata con Fuenlabrada, Valladolid y Málaga, y el mismo filial amarillo, donde lleva ya dos años. El medio ha sido, además, convocado con la selección nacional española sub-17 y sub-19.

Los de Carrión, por su parte, tendrán que arreglárselas para regresar a la senda de la victoria, tan necesaria en lo que resta de la temporada. No suelen fallar en casa, siempre rascan aunque sea un punto. Pero si lo que quieren es meterse de una vez en la zona alta, tienen que pensar en sumar en todos los partidos que restan.

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