Ribera, senderos de cultura

Una ruta recorre lugares históricos del concejo como el castro de La Corona o el palacio de Doña Urraca

Foto de familia de los excursionistas al empezar la ruta, en la estación de Las Segadas. | Fernando Rodríguez

Foto de familia de los excursionistas al empezar la ruta, en la estación de Las Segadas. | Fernando Rodríguez / Oriol López

Salud, cultura y socializar. Tres en uno. Es lo que consiguió ayer una de las rutas familiares del programa "En marcha por la Ribera", que impulsa la concejalía de Bienestar Social de Ribera de Arriba. La excursión, además de ser un encuentro para gentes de todas las edades, promovió la cultura. La excursión partió del apeadero de Las Segadas y transitó, principalmente, por la parroquia de Pereda, una de las cinco del municipio. El recorrido, que congregó a cerca de 40 caminantes, hizo parada en numerosos puntos históricos. De la mano de la historiadora del arte Marta Lobato descubrieron parajes como el castro de La Corona, el palacio de Doña Urraca o la calzada romana, entre otros. "Abordamos cosas del Medievo, que es de lo que más hay en esta zona, además de algunas fuentes y núcleos de población", adelantó la experta poco antes de iniciarse el recorrido.

Marta Lobato, a la izquierda, dando explicaciones en un momento del recorrido. | Fernando Rodríguez

Marta Lobato, a la izquierda, dando explicaciones en un momento del recorrido. | Fernando Rodríguez / Oriol López

Los excursionistas descargaban sus mochilas de los coches mientras Lobato explicaba que el castro estuvo habitado en la Edad del Hierro y en época romana. Todavía no ha habido grandes excavaciones para conocer a fondo sus secretos, pero sí algunos hallazgos importantes. "Se conservan unas hachas pulimentadas y también el durmiente de un molino para moler la escanda y el cereal que tenían", cuenta la experta.

"Recientemente el Ayuntamiento limpió los accesos", explicó Lali Vázquez, concejala de Bienestar Social de Ribera de Arriba y responsable de la actividad. "El acceso estaba lleno de maleza y se desbrozó", añade. Recuerda que en el programa de rutas de su área también las hay "más sencillas" y semanales, para la tercera edad; mensuales, por las aldeas del concejo, y estas intergeneracionales, trimestrales y más largas.

La toponimia es otro de los aspectos que abordó la guía. En una reciente recopilación de topónimos del municipio a cargo del equipo de investigación "Vestigia", aparece uno, "La Malata". Gracias a él se descubrió que hubo un hospital de leprosos en las cercanías de Soto del Rey. "En los documentos de la época de la reina Urraca ya se habla de la zona como ‘Sauti de Lezer’, que viene de ‘Lázaro’, de las leproserías", expuso. Recordó que el término, igualmente, está ligado al Camino de Santiago, que pasa muy cerca de la zona.

Los caminantes llegaron del propio Ribera de Arriba, pero también de fuera. Bien equipados y con el clásico bocadillo de tortilla en la mochila. Rocío Núñez vino en una nutrida comitiva, junto a su marido, Samuel Morán, y sus tres hijos, Nicolás, Adrián y Lucas. Se les unió Enol, el nieto de unos vecinos. Se establecieron en Ribera hace un año, aunque Samuel es de allí. "Es un plan muy divertido con los peques y hace muy bueno, así que es un plan perfecto", apreció la excursionista. Es la primera ruta que hace de este tipo, porque sus hijos y su marido ya fueron el año pasado a otra. "A ver si aguantan o tenemos que acabar con alguno en cuello", dijo sobre los pequeños, de corta edad.

"Vengo porque les muyeres son muy curioses", dijo, en broma y de pronto, Paulino García, de Mieres, al preguntársele por su interés en la ruta. Ya más en serio, conoció Ribera hace tres años por su trabajo en los manantiales y quedó encantado por su paisaje y paisanaje. Aprecia mucho la programación cultural municipal. "Pasas un día por casualidad y acabas volviendo", admitió.

Gente de Oviedo tampoco faltó. Dimas Bayón no se perdió la actividad; vino con su hija, su hijo y un amigo de este último. Está al tanto de los eventos locales y va a los que puede. "Me gustan estas cosas, de domingo y que son con críos, así se van aficionando al monte", comentó. "El entorno natural me parece lo más guapo de aquí", explicó el caminante, mientras el grupo comenzaba su discurrir por el arcén de la N-630 en dirección a San Martín de Pereda. Allí vieron su iglesia y más tarde, en el Picullanza, disfrutaron, al sol, de sus bocatas de tortilla.