Urge una nueva ley que proteja a los más vulnerables

Vapear es la manera de ser un fumador convencional y la nicotina es sumamente adictiva

Pere Casan Clarà

Pere Casan Clarà

Independientemente de los hábitos y costumbres, más o menos saludables, que todos los individuos decidan incorporar a su vida, existen aspectos de regulación legal que la sociedad debe tener en cuenta. En lo relacionado con el tabaco, estamos condicionados por dos leyes que desde su implantación tuvieron una enorme repercusión sobre el hábito tabáquico en nuestra población. Estos aspectos reguladores, que se introdujeron con una cierta prevención, especialmente por parte de restaurantes y cafeterías, han supuesto una mejoría importantísima para la salud de los ciudadanos y, en este momento, todos encontraríamos raro que se permitiera fumar en el interior de estos establecimientos.

Lo mismo ocurrirá cuando dispongamos de esta nueva ley sobre tabaco que tanto se hace esperar. La futura norma prohibirá fumar en terrazas, playas y recintos deportivos, y también en el interior de vehículos donde se encuentren niños o embarazadas.

Un aspecto particular de la nueva ley será el considerar a los vapeadores como elementos iniciadores del hábito tabáquico, especialmente en personas más vulnerables, como son los adolescentes. En las encuestas realizadas entre jóvenes de 12 a 15 años, una gran mayoría expresan que se introdujeron en el tabaco mediante el uso de estos artilugios, caracterizados por un aspecto sumamente atractivo. Sin embargo, la realidad es que vapear es la manera de ser un fumador convencional y la nicotina es sumamente adictiva y ocasiona dependencia. Del resto se encargan los demás componentes del tabaco. El tabaco es uno de nuestros principales enemigos. Insistamos a nuestros legisladores para que se den prisa en aprobar esta nueva ley.

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