Día Mundial de la Igualdad Salarial: la brecha continúa y arrastra a las asturianas mejor formadas

El excesivo peso de los cuidados que ejercen las mujeres, la baja tasa de actividad y la masiva presencia de trabajadoras en el sector servicios lastran la igualación de ingresos entre sexos

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archivo planes igualdad empresas brecha salarial igualdad / LNE

A. Rubiera

A. Rubiera

María Olvido ejerció más de cincuenta años como hostelera en Gijón, pero nunca cotizó laboralmente. Su marido nunca lo creyó necesario porque “lo mío es tuyo”, decía, y con eso daba por salvadas todas las inquietudes que le entraran a la mujer.

María Olvido cuidó a su familia numerosa, incluidos mayores y dependientes, y en los papeles oficiales siempre constó que su actividad era “sus labores”. Murió dejándole en herencia, a sus hijas, un “cachín” de la brecha salarial que a día de hoy aún le cuesta cerrar a las mujeres asturianas.

A esa foto histórica, con la rémora de todas las mujeres que en su día tenían prohibido entrar en la mina, con lo cual nunca pudieron acceder a los sueldos ni las jubilaciones de oro del sector; de las mujeres del campo que trabajaban como las que más pero que no cotizaban la agraria -eso era para los “paisanos” de la casa- y con ello se llevaron la jubilación no contributiva; o de mujeres ancladas a la casa por los cuidados de niños y mayores, se refirió ayer la directora general de Igualdad, Nuria Varela, en el día por la igualdad salarial. Porque los datos actualizados aún van lastrados por la foto histórica y siguen, incluso, ahogando a la generación mejor formada de mujeres de España. “Es la paradoja de que tengamos mujeres más formadas que la media nacional pero seguimos estando ausentes de los sectores con mejores sueldos; estamos masivamente en el sector servicios y somos masivamente las que tienen contratos a media jornada”, indicó Varela. Y así de abierta seguirá la brecha.

En el relato del desigual peso retributivo al que ayer le puso datos la Dirección General de Igualdad del Principado, con datos del año 2019, se contó que justo en ese año parecía que las asturianas empezaban a dejar atrás la diferencia que las separaba del promedio salarial español de otras mujeres. “Esa circunstancia no se daba desde el 2009”, indicó Varela. O sea, que diez años después de la crisis del 2008 las asturianas volvían a ponerse en cuestión de sueldos medios al mismo paso que el resto de las españolas, en torno a los 21.300 euros anuales. Los hombres, por su parte, están más arriba: con sueldos medios de 28.500 euros al año en Asturias.

La diferencia medida en salario bruto por hora de trabajo, entre hombres y mujeres asturianas, es así del 15,89%, y en salario bruto anual, del 25,2%. En comparación con el año anterior se confirmó una reducción en esa brecha de 5 puntos en el salario bruto por hora, que en 2018 se situaba en el 20,96%.

Pero como apuntaba Varela, poco hay que celebrar porque la tendencia con datos más actualizados es que de nuevo la crisis “le va a dar más duro a las mujeres”, dijo. Porque en el plano del empleo las mujeres de la región viven en una situación de “tremenda debilidad que casi es estructural. El trabajo a tiempo parcial en Asturias está feminizado: el 79% lo tienen las mujeres; y además ellas se concentran (91%) en el sector servicios, con sueldos menores” que los industriales, tecnológicos o empresariales. Y si a eso se suma la menor corresponsabilidad de los asturianos en la labor de los cuidados informales -en Asturias los hombres cuidan cinco puntos menos que la media de España-, el caldo para las asturianas está más que servido. Y, lo dicho, con el covid irá a más: en ellas volcaron los cuidados familiares por covid, los ertes y los despidos.

Que se lo digan a la sobrina de María Olvido, una polesa que rondando la cincuentena entró en un erte por el coronavirus. En marzo del 2020, por la poca o nula actividad que tenía el obrador en el que trabajaba, sus empleadores hicieron un expediente de regulación y en febrero del 2022 ella aún no ha salido. Sí lo han hecho otros compañeros, pero no ella. Y así va manteniéndose la brecha que parece insalvable.

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La batalla contra la brecha salarial se quiere librar en Asturias con dos planes novedosos: la figura de los delegados y delegadas en Igualdad en la empresa, y el plan asturiano de corresponsabilidad. Un plan, este último, que aportó el año pasado 5,5 millones para el desarrollo de políticas de cuidados en los ayuntamientos y también para ayudas directas para compensar gastos de las familias con menores de 14 años que tuvieron que invertir en la conciliación. La primera vez que se concedieron esas ayudas en Asturias hubo algo más de 1.600 solicitudes y se concedieron mil. Desde la Dirección General se trabaja “en corregir las bases” para que no queden fuera tantas familias. La ayuda era de un máximo de 300 euros.

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