Entrevista | Pablo Viar Director de escena de la zarzuela «El Caserío»

"El Caserío’ parece un western del Norte por el amor a la tierra y a la propiedad"

"La cultura y el arte nos hacen sentir más acompañados y proyectos como una zarzuela sirven de unión para la compañía y con el público"

Pablo Viar, en el teatro Campoamor. |  | ZAI SEMEYES

Pablo Viar, en el teatro Campoamor. | | ZAI SEMEYES / Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Pablo Viar (Bilbao, 1974) es el director de escena de "El caserío", la zarzuela con la que se despide el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo por esta temporada, la de su 30.º aniversario. La obra de Jesús Guridi vuelve al Campoamor, en una coproducción con el Arriaga de Bilbao que data de 2011 y después de rodar por toda España. Habrá dos funciones, el jueves, 22 de junio, y el sábado 24, a las 20.00 horas.

–¿Qué se van a encontrar los espectadores que vengan a ver esta producción de "El caserío"? ¿Cómo la ha imaginado y cómo se la presentará al público de Oviedo?

–Se trata de plasmar todo el lirismo y la profundidad de la obra maestra de Guridi, parte de la idea de aldea soñada, vista por un poeta o por un viajero que llega a un pueblo que solo despierta cuando se pone en pie la producción. Es una gran alegría que los responsables de este teatro hayan decidido cerrar esta temporada tan importante, la de su 30.º aniversario, con una producción que vuelve a su casa, como el hijo pródigo, después de haber sido exhibida en varios teatros, recientemente en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y con mucho éxito. El planteamiento en sus líneas maestras no ha cambiado en estos años, pero la producción se beneficia de ese recorrido. Vamos mejorando e introduciendo pequeños detalles. Además, el hecho de que el elenco solista sea diferente da nuevos matices a la historia. Lo que aportan los diferentes artistas y directores musicales hacen que la historia nunca sea la misma.

–Un trabajo que se hace entre todos…

–Desde luego, sí, y además Oviedo es un lugar propicio para que así sea y en esta ocasión en particular, porque el elenco es magnífico y porque es la primera vez que trabajo con el maestro Lucas Macías, y está siendo extraordinario. Y la Capilla Polifónica, a la que tengo especial cariño desde hace muchos años.

–Ha dirigido varias veces en el Campoamor.

–He estado dos veces, con "El caserío" en el 2011 y en 2014 fui responsable de escena de "Curro Vargas", que era prácticamente una ópera, de Chapí, dirigida por Graham Vick, un director inglés que lamentablemente ha fallecido recientemente y que recibió el Premio Lírico Teatro Campoamor al mejor espectáculo nuevo de aquella temporada. Y ahora vuelvo…

–Vuelve con una zarzuela cuya trama está ambientada en el País Vasco.

–La partitura de Guridi y el libreto se apoyan firmemente en el folclore vasco, pero con grandes notas de verismo y otras corrientes musicales de su época. Sí creo que conecta especialmente bien con Oviedo. Yo siempre digo que es una película del Oeste del Norte.

–¿Y eso?

–Como un western del Norte, sí, por ese amor a la tierra y deseo de permanencia, con el ambiente que da el caserío, de apego a la propiedad, y la sidrería. Y la fuerza de la música en un número sinfónico, el preludio del acto segundo, que tiene un aliento épico. En Oviedo no hay distancia con esta temática: el folclore es de raíz vasca pero la temática, las pasiones que se muestran en escena, podrían contemplarse desde una ventana de una casa de Oviedo.

–La temporada de zarzuela de Oviedo es una rareza en España, por el tamaño de la ciudad y por la fidelidad del público. ¿Y el resto del país?

–En los últimos años ha habido un revival de la zarzuela, en general. La temporada de Oviedo es destacable, por su importancia y su fidelidad al género, pero a mí lo que más me impresiona de Oviedo es que sabe a música, lo detecto no solo en el público sino en el conocimiento de toda la gente implicada en la producción. En la Capilla Polifónica hay gente que es música, que se dedica de una manera amateur a trabajar en el coro y que tienen unos conocimientos musicales muy profundos, y eso se refleja en escena. Me comentan que aquí mucha gente canta, toca en una banda, que hay una conexión con la música más profunda que en otros lugares, y hay unos estudios en Musicología universitarios. Todo eso genera una cantera de público. Y luego está la apuesta firme de los responsables artísticos de impulsar cada año una temporada, que es muy meritorio porque esta temporada ha tenido cuatro títulos muy importantes.

–¿La cultura necesita el apoyo político e institucional?

–La cultura y el arte enriquecen nuestro paso por esta vida, son fundamentales para el alma y nos hacen mejores personas. He sido padre recientemente por primera vez y esto me ha hecho aún más consciente si cabe de la importancia de una educación de calidad, que está conectada con la cultura y el arte. El apoyo político es fundamental y al apoyar la cultura se están apoyando muchas otras cosas. Aunque el retorno no sea siempre económico, la cultura impregna nuestra forma de vida.

–¿La cultura y el arte podrían ser el antídoto a la actual crisis de salud mental?

–Seguro. El arte y la cultura nos hacen sentir más acompañados y proyectos como éste sirven de punto de unión no solo para la compañía sino con el público. La soledad cuando no es deseada es perjudicial. La cultura da sentido de comunidad y eso se refleja en escena en "El caserío", porque la última imagen es la del coro reunido en una gran piña, un buen final para esta producción y para la temporada de zarzuela de Oviedo.

Suscríbete para seguir leyendo