Ola de calor

Ourense, la ciudad del calor extremo, casi sin refugios: 10.000 árboles para más de 105.000 personas

Los ciudadanos cuentan con pocos espacios para combatir las temperaturas extremas y salvaguardarse del sol

Personas mayores buscando refugio a la sombra en el parque de A Ponte, en plena ola de calor en Ourense.

Personas mayores buscando refugio a la sombra en el parque de A Ponte, en plena ola de calor en Ourense. / F. CASANOVA

Aixa R. Carballo

La ciudad de Ourense es conocida por ser uno de los epicentros del calor en Galicia. Cada verano, atraviesa varias olas de temperaturas extremas que llevan a los termómetros hasta cifras que, en alguna jornada, superan los 40º, como en los últimos días de esta semana. Sin embargo, los espacios para combatir el calor no aumentan, sino que en ocasiones dismunuyen. Pues cabe recordar que las piscinas de Monterrei estuvieron cerradas todo el verano pasado y prácticamente toda la época estival de este año.

Calor debajo del agua

El agua es la opción favorita de la mayoría de los ciudadanos a la hora de refrescarse, pero las opciones son escasas. Las piscinas son los únicos lugares para darse un buen chapuzón en verano en la ciudad, aunque esta última opción no convence a todo el mundo por la peligrosidad del río. En consecuencia, se colapsan de gente. Otras piscinas, como las de Monterrei o a Tecnópole, otras playas fluviales y espacios naturales como el Embalse de Castrelo do Miño o las Pozas de Melón son otros espacios muy frecuentados por los ourensanos durante el verano, pues debido a la poca oferta en la capital, se ven obligados a coger el coche y buscar alternativas.

Sin sombras a la vista

Hay quienes prefieren estar a la sombra en un lugar tranquilo, en vez de recurrir al agua para combatir el calor. Esta opción también está muy limitada en la ciudad de As Burgas e incluso, se puede asegurar que escasea. En la capital hay algo más de 10.000 árboles, incluyendo los que están en el río y en el botánico. Sin embargo, según los datos del propio ayuntamiento hay inscritas en las oficinas municipales 105.703 personas. Esto significa, que no hay ni un árbol por ciudadano; exactamente hay 0,09 por vecino o lo que es lo mismo un árbol para cada 1.000 personas, aproximadamente. Y aunque el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, prometió el pasado año que aumentaría la arboleda, la cifra continúa siendo muy baja y en las últimas obras llevadas a cabo no se incluyen nuevas plantaciones, sino todo lo contrario: se retiraron los árboles para sustituirlos por hormigón.

Espacios emblemáticos como los parques de San Lázaro, Miño, Posío, Barbaña, Novo Ribeiriño o A Ponte y plazas como la de la Mariña son algunos de los lugares favoritos para refugiarse del calor, principalmente para la gente mayor. Sin embargo, en algunos ya es difícil encontrar un espacio con sombra disponible. Por eso, la mayoría de personas de avanzada edad tienen que esperar a que el sol se vaya por completo para salir de casa y reunirse con sus amigos y vecinos.

La problemática de escasos espacios de agua y sombra puede seguir empeorando, pues como también asegura el concello, el censo tiene una tendencia creciente. De hecho, a principios de este año había mil personas más registradas en comparación con el año 2022. También Ourense, es una de las ciudades con la población más longeva. Por lo tanto, niños, adultos y mayores necesitan más lugares para hacer frente a las olas de calor sin que estén colapsadas.

Ante esta situación, son muchos los ciudadanos que optan por quedarse en casa bajo el aire acondicionado o el ventilador. De hecho, hay tiendas de la ciudad que cada verano notan un incremento en las ventas de dichos productos. Sin embargo, esto supone también un aumento en el factura de la luz que muchos ciudadanos no se pueden permitir.

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