Entrevista

José Luis García, psicólogo: “Hemos abandonado a nuestros menores en los brazos de la pornografía”

“Estamos en una situación muy complicada y hay que ponerse las pilas”, advierte el experto

José Luis García, ayer en Santiago.

José Luis García, ayer en Santiago. / XOÁN ÁLVAREZ

Montse González

Bajo un título tan potente como “Tus hijos ven porno, ¿qué vas a hacer?” –que también es el título de una serie de libros en los que aborda esta temática– el psicólogo y especialista en sexología José Luis García, que cuenta con 16 libros publicados y centenares de artículos científicos y de divulgación.

En la charla abordará el tema del consumo de pornografía por parte de los menores. ¿Cuál es la fotografía actual de esta realidad?

Entre todos tenemos que cambiar lo que hay porque es terrible. Ni los padres ni los profesores responden a las preguntas que, inevitablemente, más tarde o más temprano, hacen todos los chicos y chicas. Generación tras generación, no hemos sido capaces de dar respuestas saludables, científicas, a estas necesidades. ¿Qué pasa ahora? Que esas respuestas las da el porno, que se convierte en el referente educativo de la mayoría de nuestros menores.

Los datos son alarmantes.

Sabemos que entre el 92 y el 95 por ciento de los jóvenes españoles consume pornografía y, de éstos, el 25% consumiría entre 1.000 y 5.000 horas antes de los 20 años. Pero es que, además, el 90 por ciento de los vídeos que consumen son violencia real. Por lo tanto, este tipo de pornografía se convierte en el modelo de comportamiento, es el manual de instrucciones de nuestros chicos y chicas. ¿Qué ocurre? Que cuando tengan oportunidad de ejercitar ese deseo que tienen, lo que harán será repetir aquello que han visto miles de veces, que les excita enormemente y que les da mucho placer. Porque el porno se consume porque excita, da placer y es gratis.

Provoca adicción.

El porno trabaja con el deseo sexual, con el placer sexual, que es una motivación de la conducta desde hace millones de años. Estamos programados genéticamente para responder a los estímulos sexuales y por eso tiene tanto éxito la pornografía, porque va directamente, como un tiro, a nuestro cerebro más antiguo y le provoca una respuesta absolutamente clara. Por lo tanto, la mayoría de los jóvenes consumen ese tipo de pornografía, lo van a intentar llevar a la práctica y eso tiene efectos muy importantes en su salud y en su desarrollo.

¿Qué más consecuencias tiene?

También puede provocar alteraciones cerebrales, que tiene que ver con la sensibilidad; problemas de pareja, si un hombre consume mucho porno llegará un momento que su pareja ya no le excite y, por lo tanto, puede llegar a recurrir a la prostitución, que es un consumo también muy asociado al de la pornografía; al igual que el de alcohol, tabaco y drogas. También lleva asociados problemas emocionales y depresivos y otro elemento muy importante es que el consumo de pornografía aumenta el riesgo de consumos irresponsables. En el porno el condón es invisible, con lo que el mensaje que reciben los chavales es que follar a pelo es lo mejor. Consecuencia: las infecciones sexuales han aumentado en España un 243 por ciento, son datos oficiales del Ministerio de Sanidad. También se da una asociación entre agresiones sexuales y consumo de porno. Yo creo que hemos abandonado a nuestros menores en los brazos del porno y estamos viendo las consecuencias y las veremos en el futuro.

¿Por qué nos está costando tanto reaccionar?

Porque nos falta la otra pata de la mesa: la ausencia de una educación sexual profesional, científica. La sociedad no es capaz de dar respuesta a esto. ¿Cómo es posible que aceptemos que cuanto más sepan nuestros niños en matemáticas, geografía, inglés, francés y alemán, mejor; pero en el sexo, muy al contrario, cuanto menos sepan, mejor? En un tema, además, que tiene que ver con tu vida, tu salud, tu futuro. Llevo 45 años viendo la evolución en este tema y ya en los años 80 advertía sobre las consecuencias que iba a tener dejar la educación sexual en manos de la pornografía. Vamos a ver en el futuro cada vez más casos de agresiones sexuales, de violaciones cada vez más precoces... No hay ningún control.

¿No están lo atentos que deberían los padres a los contenidos a los que acceden sus hijos?

Antes de dar un móvil, los padres deberían capacitar a sus hijos en todos los riesgos que supone. Y no se hace. Estamos en una situación muy complicada y tenemos que ponernos las pilas. Yo ya les digo a los padres: “o el porno o ustedes”. Ya no hay más. Esta generación va a ser la primera en la historia que va a tener que tomar una decisión de “o el porno o nosotros”. O hablan con sus hijos o lo va a hacer el porno.

¿Qué se puede hacer?

Educación, educación y educación. Capacitación en la escuela y en la familia, a ser posible de la mano, y hacerle la competencia al porno, que solo desaparecerá cuando deje de consumirse. Así que tiene que haber una capacitación desde muy pronto con los chicos, hablando con ellos, dándoles alternativas y contándoles que la sexualidad es una dimensión positiva de la vida, que tiene que ver con el bienestar, el placer, la pasión, la responsabilidad, la empatía... Y siempre que se dé en el mutuo acuerdo. El porno les trasmite una imagen completamente diferente y está revolucionando las prácticas sexuales de los adolescentes hasta unos límites increíbles. No puede ser que la violencia se asocie a la sexualidad; es un riesgo que no podemos correr.

Estamos hablando del futuro sexual y afectivo de una generación

La tendencia ahora es la de prohibirles el acceso a los móviles lo máximo posible. ¿Qué opina?

Yo creo que las prohibiciones no funcionan. Podemos poner todos los controles que queramos, pero son insuficientes. Si alguien cree que haciendo eso vamos a solucionar el problema está equivocado. Hay niños que van a circunvalar esas normas enseguida, porque son muy listos. Además, fuera de casa, por ejemplo, no tendrán esos mismos controles y van a hipervalorar ese tipo de contenidos. Por lo tanto, no se trata tanto de prohibir, sino de enseñar, de mostrar, de acompañar y, sobre todo, de capacitar. Esa es la clave. Los padres tienen que ponerse las pilas, cuanto antes mejor.

¿Estamos a tiempo?

Yo creo que sí. Pero no acabamos de ver el problema. El último estudio que se ha hecho en España, financiado por el Gobierno de Baleares, nos dice que el 90% de los jóvenes españoles ve porno, mientras que el 15% de sus padres lo reconoce. Es decir, hay un 85% de los padres y madres que viven en otro mundo, no saben dónde están sus hijos. Y es una cosa muy seria, porque estamos hablando del futuro sexual y afectivo de una generación. No es ninguna tontería.

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