Faltan algunos minutos para las tres de la tarde. Hace rato ya no queda ningún empleado en el club, cuando la puerta de la oficina se abre y aparece Javier Fernández, escoltado por el resto del consejo y por el abogado Ramón de Santiago. El presidente rojiblanco sale sereno, casi se diría que satisfecho. Hace apenas unas horas ha dado el paso definitivo para que el Sporting cierre el episodio más triste de su historia a nivel económico, el proceso concursal instado en 2005 por la empresa de jardinería Coral Golf. Por entonces, la deuda rojiblanca rondaba los 50,7 millones de euros. Ayer, el club liquidó sus deudas con la Agencia Tributaria (4,4 millones de subordinada) y con la Seguridad Social.

- ¿En qué ha consistido el movimiento económico realizado ayer?

-Vamos completando los pagos de la deuda subordinada y hoy (por ayer) hemos hecho el pago del acreedor más importante de los 6,7 millones del último plazo. Hemos cerrado el abono de 4,4 millones para la Agencia Tributaria y hemos ejecutado la orden de pago. Ya hemos sacado también algún acreedor más, tanto privado como público, como es la Seguridad Social, con la que teníamos pendientes unos cien mil euros. Nos queda algún privado más a los que les hemos enviado solicitud o confirmación de cuenta corriente para realizar los pagos restantes que son ya cantidades menores.

- ¿Cuándo espera tener ya liquidada toda la deuda subordinada?

-Este mes queremos liquidarla y tenemos que liquidarla. El dinero está ya pendiente de salida.

- Como curiosidad, uno de esos acreedores privados con los que han liquidado la deuda estos días es la empresa de jardinería Coral Golf, que fue quien les instó el concurso necesario de acreedores.

-Sí, Coral Golf tenía una cantidad pendiente que creo que rondaba los siete mil euros y también se ha realizado el pago en estos días.

- Una vez liquidada la deuda subordinada, ¿qué faltaría por pagar del concurso de acreedores?

-Nos queda lo que hemos dicho que está pendiente de confirmar la cuenta corriente de la subordinada y que se pagará este mes y de la ordinaria queda un millón, del que 700.000 euros están pendientes de reclamación desde el 92 y otros 300.000 que pertenecen al máximo accionista.

- ¿Cómo es el proceso ahora para dar por cerrado oficialmente el concurso de acreedores?

-Bueno, realmente el concurso no se cierra hasta que el juez concursal lo dictamina. Una vez abonadas todas las cantidades, el proceso pasa por ir al juez concursal. Antes tenemos que preparar bien qué queremos hacer, cómo lo queremos estructurar y que él nos valide el proceso o nos diga que hay que seguirlo de otra manera. El cierre del concurso, en realidad, no es algo que esté regulado, ni reglamentado, con lo cual puede extenderse por el tiempo que el juez determine, pueden ser tres meses o diez años. No es algo que podamos decir en concreto.

- ¿Cómo de importantes están siendo estos días para el Sporting?

-Hombre, yo creo que para nosotros y para todos los accionistas y todos los aficionados tiene que ser orgullo haber podido salvar un concurso en diez años, tal y como se estipuló entonces, y sobre todo con la deuda que se había generado paralela para ir agotando el concurso y a la vez cumplir todos los compromisos de pago. Para nosotros es un orgullo haber llegado a este final del proceso. Sólo el 7% de las empresas que entran en concurso de acreedores en España son capaces de salvar esa situación y evitar la desaparición y nosotros somos una de ellas. En el mundo del fútbol calculo que serán unos treinta los clubes que han llegado a esa situación y creo que estaremos entre los primeros que salgamos de ella o habrá uno o dos antes que nosotros.

- ¿Llegó a tener por la resolución del proceso concursal?

-Sí, claro. Hace tres años lo vi muy negro. Hace dos años lo vi un poco menos negro, quizá gris. En la junta de accionistas de enero de 2017, en la que expusimos las cuentas de la temporada 2015-16, yo ya tenía claro que el proceso se iba a cumplir en los plazos que habíamos determinado hace dos años y medio y que tenían el horizonte de diciembre de 2017. Y sí que lo hemos cumplido. Pero en los primeros momentos desde luego que lo vi negro, más bien negrísimo.

- ¿Tiene la sensación de que no se le concede la importancia que tiene este paso que da el club?

-Sí, bueno, depende de cómo valore cada uno la situación. Hace tres años o hace cinco, la situación económica era lo que determinaba cualquier conversación en torno al Sporting, su estado de ruina, su estado de impagados que ha habido casi como una circunstancia normal en el club, pero que llevaba a que los comentarios fueran en ese sentido. Y lo que te encuentras ahora es una situación económica salvada y que la gente todavía tiene dudas. A mí no me extraña, porque es verdad que hubo algunos años en los que se hablaba de una bonanza económica que no era real. Ahora las cuentas reflejan exactamente la situación del club. La importancia se la damos mucho los que lo hemos padecido desde dentro.

- ¿Y...?

-Supongo que quien más lo agradecerá serán los propios empleados del club que hace tres años, sin ir más lejos, pasaban meses sin cobrar y ahora sin embargo saben que viven una situación de tranquilidad absoluta. También lo notamos en la gente que se incorpora al proyecto, que es gente muy importante y que valora la situación económica porque ven que el Sporting estará, la próxima temporada, en situación de competir en condiciones normales en Liga sin ninguna mochila o piedra en la espalda.

- ¿Se ha aprendido la lección?

-Mi lección la tengo clara desde que ejerzo cualquier labor profesional. Lo que uno nunca debe de perder de vista es la situación económica, sobre todo a la hora de atender los pagos y los compromisos que adquiere uno. Si no se puede pagar, evidentemente no se pueden adquirir compromisos que no se van a cumplir. Por nuestra parte, la lección no sólo está aprendida, sino que tengo claro que nunca más vamos a tropezar en esa piedra. Espero que todos lo sepan hacer igual y que cuando alguien venga aquí a sustituirnos tenga estos mismos planteamientos. Al final, lo importante es la situación deportiva porque es el motor de todo y cuanto más arriba estemos, mejor. Pero si no hay unos cimientos sólidos en los que apoyarse, no hay nada. Nuestra satisfacción no se debe sólo a que hayamos salvado esta situación, sino a que nuestra única preocupación ahora es porque la situación deportiva no está acompañando y porque podamos ir mejorando poco a poco y metiéndonos en el objetivo marcado al principio de temporada, que era estar entre los primeros para alcanzar el ascenso directo o al menos competir por subir en el play-off. Gracias a Dios, el Sporting ya no necesita estar en Primera para salvarse o para vivir una situación de estabilidad temporal, de un año. Ahora queremos estar arriba, en Primera División, para competir en igualdad en la categoría que el Sporting se merece, nada más. Tan sencillo como eso.