Golpe de realidad para el Sporting (2-0)

El equipo gijonés se estrena con una dura pero merecida derrota en Valladolid en un partido donde resistió una hora

Andrés Menéndez

Andrés Menéndez

A este Sporting, aún bisoño, por hacer y crecer, se le atragantó el debut más complicado posible. Le hizo partido hasta la hora de juego al proyecto de Ronaldo, superior en todo momento. El abismo entre los dos clubes hizo imposible pelear los puntos ante un equipo de otra categoría hoy por hoy. El segundo proyecto de Orleg Sportsi, el primero de cero, arranca con derrota y con dudas. Unas razonables: por la envergadura del primer escenario y la acumulación de lesionados Otras sujeta a análisis. El mercado se mantiene abierto.

2
Real Valladolid
0
Sporting
1-0, min 20: Cedric. 2-0, min 56: Monchu.
Real Valladolid
Masip, L. Pérez, Boyomo, Víctor, Escudero; Moro, De la Hoz, Monchu, Tunde, I. Sánchez y Cedric
Cambios

Quintana por Boyomo, min 45. Kenedy por Tunde, min 45. Amallah por I. Sánchez, min 66. L. Rosa por Moro, min 66. Sergio León por Cedric, min 82.

Sporting
Yáñez, Coto, Insua, Pier, Pablo; Otero, N. Martín, Rivera, Gaspar, N. Méndez y Djuka
Cambios

Hassan, por Rivera, min 60. Cote por Gaspar, min 70. Esteban Lozano por Djuka, min 70. Alejandro Lozano por Pablo García, min 87

Árbitro: González Esteban: Mostró tarjeta a los locales De la Hoz, Tunde, Boyomo... Y a los visitantes, Insua, Rivera, Coto y Pablo García.
José Zorrilla

Aún con el equipo en pañales, el Sporting se estrenó en competición en el siempre temible José Zorrilla, de Valladolid, a partir de un trivote de lo más experimental: un joven, pero ya un indiscutible para Ramírez como Nacho Martín, y dos recuperados para la causa. Rivera y Nacho Méndez. Sin Villalba, lesionado, el de Luanco fue quien hizo de enganche. La medular sumó efectivos, pero naufragó en Valladolid. El once, afectado por las bajas, y a la espera del cierre de mercado, al menos vislumbró el proceso de aprendizaje tras los primeros meses del preparador canario en Segunda División. La humildad supone ya un paso para valorar la dificultad real de una división en la que el Sporting está encerrado desde hace más de un lustro. Solo con historia no se sube. La diferencia, abismal, entre los dos equipos dictó sentencia en la jornada inaugural: un golpe de realidad. El Sporting, eso sí, enseñó cambios en el “proceso”. Por ejemplo, que se encajará a la categoría. Y no al revés. Luego, claro, los resultados dictarán sentencia. Ley del fútbol. Pero «MAR» parece decidido a dejar el romanticismo a un lado. La sensación, en cualquier caso, es que hoy por hoy el equipo rojiblanco tiene que escalar un Everest para estar entre los “gallitos” de la categoría. Ayer, que no es el mejor escenario para arrancar, se repitieron errores del pasado. El área deportiva, que ha reajustado su política de fichajes al mercado nacional, deberá acertar por el delantero para paliar la falta de gol. Y el “tope salarial” limita

 el margen. Los rojiblancos, ayer de azul marino, fueron en todo momento pragmáticos y priorizaron el orden para competir a un gigante de la categoría como es el recién descendida pucela de Ronaldo. La volatilidad de las últimas semanas en los despachos, con cambio de director deportivo en mitad del mercado, no hacía menos peligroso a un rival, que aún por construir, será seguro uno de los candidatos al ascenso.

 Los roles en Zorrilla, que pidió la dimisión del astro brasileño como principal accionista (el fútbol no entiende de historia, sino de resultados) estuvieron claros desde el minuto 1: los de Pezzolano mandaban; y los de MAR buscaban una grieta en la zaga local al contragolpe. Avisó en seguida el Valladolid que la noche sería ajetreada: Moro y Tunde, en las alas, eran un dolor de muelas. Escudero, de lejos, y luego Boyomo, de cabeza, amenazaron. Pero fue Djuka el primer que cantó gol. Le faltó valentía al futbolista con más raza del grupo para meter la cabeza y no la mano a la hora de enganchar un rebote. Los tiempos del VAR impiden remates maradonianos. El tanto fue anulado. Y el Valladolid volvió hacia delante. Aunque apretaban una y otra vez por fuera y a la velocidad de Cedric, la defensa rojiblanca se mantenía bajo guardia. Hasta que un error de un soldado siempre fiable sembró el caos. Insua no acertó a despejar un balón llovido, y Cedric lo mandó a la red. El zaguero gallego pareció después hablar las cosas con Yáñez, que quizás no le advirtió con una voz.

El descanso apagó de golpe la llama de la ilusión del Sporting, al que le entraron las dudas: dar un paso adelante y desprotegerse; o tratar de acertar en las pocas oportunidades a gol. Djuka mandó al cielo otra nada más arrancar. Y luego, todo se vino abajo. Monchu mandó al traste el partido con el 2-0. Ramírez llamó a un agitador: Hassan, por Rivera. El francés hizo al menos ruido y provocó el murmullo de la grada y que la defensa vallisoletana, tranquila, se pusiera el mono de trabajo. Fue solo ruido, pero al menos dio varios chispazos. Ramírez terminó luego dando minutos a Esteban Lozano en un cambio con doble mensaje. Y a Alejandro Lozano, uno de los canteranos más prometedores de Mareo.

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