Carmen Borrego destapa los secretos de la herencia de María Teresa Campos y lanza un dardo contra su hermana Terelu: "No estoy sola, ella sí"

La hija de la comunicadora se confiesa tras la muerte de su madre

Carmen Borrego

Carmen Borrego

F. L.

La muerte de María Teresa Campos sacudía la actualidad en septiembre del pasado año. Periodistas, presentadores, nombres importantes de la cultura y la política destacaban el papel que la malagueña había dejado en la historia de los medios de comunicación españoles.

Tras una temporada alejada de la pequeña pantalla por problemas de salud, la presentadora de espacios como 'Días a día' o 'Qué tiempo tan feliz', fallecía arropada por familia, amigos, compañeros de profesión y sus inseparables hijas: Terelu y Carmen Borrego.

Con las navidades ya terminadas, la mayor de las Campos concede una esperada entrevista a la revista Lecturas en la que hace balance de estos meses sin su madre y cómo ha sido para la familia estas fechas tan señaladas.

Carmen Borrego se confiesa

Han sido sus primeras navidades sin María Teresa Campos. De eso habla Carmen Borrego en una exclusiva para Lecturas, donde, de paso, enseña la casa que, tanto ella como Terelu, han heredado de su madre. 

"La compró mi madre con muchísimo cariño hace quince años", revela la televisiva. "Te sientas en según qué lado de la casa y parece que estás en un barco", dice sobre las vistas de la vivienda. "Hay muchas cosas de ella aquí. Está siempre. La tengo siempre muy cerca y hablo con ella siempre que puedo", dice de la matriarca del clan.

Sobre su muerte, señala que "es un mal sueño". "Despertar cada mañana es muy malo. Tienes que tomar conciencia de todo lo que ha ocurrido". Además, revela que no ha necesitado ayuda psicológica. "Me ha preocupado más mi hermana, porque yo tengo mi marido, no estoy sola, ella sí". De Terelu comenta que "no ha habido" entre ellas "ninguna discusión". "Estamos más unidas que nunca. Para mi madre es muy importante. No está aquí, pero desde algún sitio lo ve", se sincera Carmen, que admite que, tras su muerte, ha estado "al borde del precipicio".