Gijón, María CAVIA /

Cynthia GARCÍA

Robert y William pertenecen a una de las familias británicas tradicionales en el mundo de la hípica: los Whitaker. John, padre de Robert, es uno de los jinetes más laureados del panorama ecuestre. El año pasado fue el triunfador en la prueba grande que clausuró el CSIO del 2008. Y aunque este año no ha participado, sí lo han hecho su hijo y su sobrino, William. Con referentes como John Whitaker no podía ser de otra manera, tenían que seguir la estela familiar. Sin embargo, estos primos ingleses no sienten el peso del apellido a sus espaldas, consideran que la presión es la misma para todos. «Todo el mundo siente presión. Competimos de la misma manera y no es diferente para nosotros. Vamos a ganar igual que lo hacen los demás», afirma William, el más joven.

William y Robert ya están acostumbrados a competir con los de su misma sangre. No hay rivalidad entre ellos. «El hecho de que uno de nosotros gane, ya es bueno. No hay competencia, nos alegramos por los triunfos de los demás», explica Robert. Aunque confiesan que dentro de su familia tienen muchos ejemplos a seguir, no dudan en elegir al jinete alemán Ludger Beerbaum como su gran referente en el mundo de la hípica.

Estos primos, aunque todavía son muy jóvenes, Robert tiene veintiséis años y William acaba de cumplir los veinte, ya tienen claro que quieren dedicar toda su vida al mundo de los caballos. La equitación ha marcado su infancia. «Desde que era pequeño veía a toda mi familia compitiendo y siempre quise seguir el camino que ellos han marcado», comenta William. Y es que no se imaginan su vida sin los caballos. «Montar siempre», sentencia Robert. Aunque desde que eran unos niños han competido en numerosos campeonatos y recuerdan cada uno de ellos, tienen su favorito. «Yo nunca podré olvidar la Copa del Mundo de Mechelen que gané con dieciocho años», recuerda William.

«El mejor momento de mi carrera fue el triunfo en el Olympia de Londres. Fue mágico», comenta Robert. Pero con veinte y treinta años todavía les quedan muchos triunfos por delante y no serán los únicos momentos dulces que recuerden a lo largo de su carrera deportiva. Y es que estos chicos vienen pisando fuerte. «Mis objetivos son siempre ganar lo máximo posible. Quiero llegar muy alto en el ranking y asistir a las Olimpiadas de Londres, son un sueño para mí. Especialmente porque se celebran en mi país», comenta Robert. Algún secreto esconderán para tantos triunfos. Robert confiesa que siempre lleva la misma camisa para los grandes premios. William es un poco más original. Sus calzoncillos de la suerte le acompañan en las competiciones importantes. «Los llamo los calzoncillos del gran premio», bromea.

Los Whitaker están encantados con su estancia en Gijón. Confiesan que no han podido disfrutar de la ciudad lo que les hubiera gustado, pues han estado concentrados en la competición al máximo, pero como no será la última vez que asistan, tendrán mas oportunidades. «Por supuesto que vendré a Gijón el próximo año. Es la primera vez que asisto. El concurso es muy bueno y también la pista y los saltos. Además me gusta mucho la ciudad», afirma William.

Robert, al contrario que su primo, ya es un asiduo a Las Mestas. Asiste al CSIO de Gijón desde hace cuatro años. «Tiene muy buena atmósfera con el tema de las apuestas. La pista es muy buena y el concurso fantástico», comentó. Y cómo no, algo influye el público en este éxito. «La afición gijonesa es grandiosa, muy entusiasta. Ojalá que en otras partes de Europa se viviera este deporte como aquí», sentencia William.

«Quiero llegar muy alto en el ranking y asistir a las Olimpiadas de Londres, que son un sueño para mí», afirma Robert Whitaker