Los propietarios de una pintura del francés Camille Corot que desapareció en Nueva York han presentado una demanda en la que piden 1,3 millones de dólares al marchante que debía venderla y que, sin embargo, la extravió durante una noche de borrachera. El experto en arte al que se encargó la venta de «Retrato de una niña», James Carl Haggerty, se enfrenta a una demanda millonaria después de perder la pieza, valorada en un millón de euros, la cual había mostrado a unos posibles compradores en un hotel de Manhattan, donde asegura que acabó demasiado bebido para recordar qué le pasó al cuadro.

Kristyn Trudgeon, una de las propietarias, ha decidido llevar el caso ante los tribunales, después de que Haggerty fuera incapaz de recordar qué le ocurrió a la obra y su paradero sea aún un misterio. Los hechos ocurrieron el 28 de julio, cuando Haggerty acudió al hotel con la centenaria obra para mostrarla a un comprador y, tras el encuentro, decidió quedarse a tomar unas copas, del que salió con el cuadro aún bajo el brazo. Al día siguiente telefoneó a Trudgeon para comunicarle que no sabía lo que le había pasado al cuadro porque «había bebido demasiado. «Es un completo idiota», señaló la propietaria.