El actor Michael Douglas ha dicho en una entrevista publicada por «The Hollywood Reporter» que el tratamiento contra el cáncer que padece ha sido un «infierno», aunque su enfermedad le ha hecho descubrir «lo que es la familia». A Douglas, de 66 años, le fue diagnosticado en agosto un tumor maligno en la garganta que se encontraba en fase 4, aunque no había hecho metástasis. Desde entonces se ha sometido a tres sesiones de quimioterapia y a siete semanas de radiación, «el máximo en ese período de tiempo», según palabras del actor. A lo agresivo del proceso médico, Douglas sumó su frustración por la intensiva presencia de «paparazzi» en los alrededores de su casa, en Nueva York, lo que lo llevó a tomar la decisión de privarse de paseos y encerrarse en casa.

Douglas ha confesado que su situación le había hecho «tomar cierta perspectiva sobre la mortalidad», aunque ha preferido enfocar su batalla contra el cáncer como una «enfermedad más de la que uno se cura, y no como un asunto de vida o muerte». El actor dice no practicar formalmente ninguna religión, aunque sí considera que existe «un espíritu» dentro de cada persona, que se alimenta de los esfuerzos individuales y de lo que se aporta al mundo.