Un hombre aparece muerto en el salón de su casa. Informados del hallazgo, los primeros agentes policiales se presentan en el escenario. Aún no se sabe si ha sido un suicidio, un accidente, un homicidio o un asesinato. No se sabe nada. Los únicos elementos que existen para determinarlo están ahí mismo, en la estancia donde se encuentra el cadáver. “Por eso es crucial no tocar nada, evitar que mucha gente entre y salga de allí y preservar absolutamente lo que hay en la escena. La policía científica es la ciencia del pequeño detalle, y muchas veces la resolución del caso está en ese pequeño detalle: una silla que se ha movido, un pelo que aparece debajo de la alfombra, una gota de saliva en el suelo…”. Con estas palabras ha resumido este martes su trabajo Cándida Vicente Templado, jefa superior de la Brigada Provincial de la Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía de Asturias. Lo ha hecho ante mil escolares asturianos congregados en el Palacio de Congresos de Oviedo, como parte de la IX Semana de la Ciencia “Margarita Salas”, organizada por LA NUEVA ESPAÑA, y dentro del programa de fomento de vocaciones científicas.