Por fin ha quedado claro. Una cosa era lo que decían de puertas afuera, de cara a la opinión pública, y otra muy distinta lo que realmente pensaban sobre Francisco Álvarez-Cascos. Una gran mayoría de los dirigentes regionales del Partido Popular (PP) y los más relevantes de las principales juntas locales no lo querían como candidato. El ex vicepresidente del Gobierno les daba miedo a unos y asustaba a otros y por eso, entre otras cosas, callaban, según coinciden en resaltar destacados casquistas. El acuerdo tomado por los máximos responsables de la organización de Asturias, Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y ratificado por el comité electoral no ofrece dudas. En el comunicado hecho público el miércoles los dirigentes del PP no se anduvieron con chiquitas -según se reconoce desde todos los sectores de la organización- y expusieron sin matices, en términos realmente duros, su opinión sobre el que fuera todopoderoso secretario general del partido y «número dos» del Gobierno con Aznar, al que acusan de intentar dividir y romper el partido.

Resulta difícil de entender que alguno de los firmantes del comunicado, caso del alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, hubiese propuesto en algún momento que Cascos encabezase la candidatura popular al Principado el próximo año. Al menos eso opinan cualificados militantes del partido que desean permanecer en el anonimato. Las acusaciones son tan graves, dicen, que más bien se podría pensar que lo que verían bien los autores del escrito es que al ex ministro se le abriera un expediente disciplinario.

La decisión de la dirección regional y de las principales juntas locales del partido cogió por sorpresa a las personas de máxima confianza de Cascos. Sobre todo, no esperaban el cambio de actitud de Gabino de Lorenzo, que hasta esta semana se había pronunciado siempre a favor del ex vicepresidente como cabeza de cartel para 2011. Más esperado era el giro dado por el presidente de los populares asturianos, Ovidio Sánchez, cuyas relaciones con Cascos son inexistentes desde hace mucho tiempo. Sánchez llegó a asegurar que había propuesto al líder del PP, Mariano Rajoy, que el ex ministro de Fomento fuera el candidato, anuncio que siempre fue puesto en entredicho por los casquistas, ya que consideraban que era una simple estratagema.

No lo querían, pero no se atrevían a decirlo públicamente. Pero, por lo visto hasta ahora, a Cascos tampoco lo quieren en Madrid. Ni una sola vez se le ha oído a Mariano Rajoy o a su mano derecha, María Dolores de Cospedal, una palabra que pudiera dar a entender que el ex vicepresidente era el más adecuado para ser el «número uno» en las autonómicas asturianas.

Vistas así las cosas, entre las personas más cercanas a Cascos no se descarta que en la decisión adoptada en Asturias tenga algo que ver la dirección nacional del PP, que el cambio de opinión, sobre todo de Gabino de Lorenzo, fuera en todo o en parte impulsado desde la calle Génova. El entorno del alcalde de Oviedo lo niega y responsabilizan a sectores cercanos a Cascos de lo sucedido en la última semana, por su forma de actuar rayana en ocasiones, según explican, en la provocación y el insulto.

¿Cuál va a ser la respuesta de Cascos a lo sucedido en las últimas horas? No la habrá, aseguran personas que conocen muy bien al ex secretario general de los populares, que insisten en que no se puede pronunciar sobre algo que con antelación no se le ha propuesto. «No hay ninguna oferta sobre la que pueda hablar» es la consigna que lanzan los casquistas.

Estas mismas fuentes reconocen que Cascos está afectado y dolido por el tono del comunicado hecho público por los dirigentes de las principales juntas locales del partido. «Pero más quizá lo estamos las personas que creemos que es el más adecuado para encabezar la lista en los próximos comicios autonómicos», aseguró ayer una persona muy cercana al ex vicepresidente. «Ni él ni la mayoría de los militantes que lo defendemos, que somos muchos en Asturias como está quedando claro, merecemos este trato. Las cosas se pueden decir de muchas maneras. Exigimos respeto», añadió.

El desánimo era ayer la nota predominante entre los casquistas más representativos. La mayoría considera que la posible candidatura de su líder se ha volatilizado, que intentar seguir adelante no tiene ningún sentido ya. No obstante, hay alguno que todavía cree que puede haber un «milagro» y que Mariano Rajoy va a tomar las riendas del asunto «e imponer la mejor solución, que no es otra que la de Cascos». Eso sí, todos responsabilizan en parte de lo sucedido a la dirección nacional del partido, que «hace ya tiempo que tenía que haber permitido que la opción de Cascos tomara vuelo; de haber actuado Rajoy con premura los que ahora han dado al traste con la candidatura, al menos aparentemente, no hubieran tenido opciones de oponerse, aunque lo deseasen, y está claro que lo deseaban».

Lo que descartan todos los seguidores de Cascos consultados es que su desestimación como cabeza de cartel en las regionales vaya a implicar algún tipo de crisis interna o división. «Si piensan, como dejan entrever en el comunicado, que va a promover alguna intriga para perjudicar al partido, es que no conocen a Cascos para nada».

También descartan las personas de confianza del ex secretario general que éste vaya a participar en el acto de homenaje que se está organizando en Gijón para el próximo día 23. Según estas personas, el acto ha sido preparado sin que Cascos hubiese dado el visto bueno y que, por lo tanto, no tiene ningún compromiso adquirido «como maliciosamente se deja entrever».