El jurista y docente Javier Junceda defendió ayer la necesidad de que se implante un criterio jurídico uniforme que establezca dónde están los límites entre el derecho al honor y el derecho a la información, que se sostienen en tres ejes: el interés social, la veracidad y la necesidad, por lo que en ocasiones ambos colisionan además de limitarse mutuamente.

Con el título "Los límites del Derecho de la Información y el Derecho al Honor", la conferencia del abogado asturiano se centró en analizar cada uno de los tres ejes en los que se sustentan ambos derechos fundamentales, apoyándose en distintas sentencias con las que explicó el "incontable rosario de decisiones judiciales" que hay en España en las que ha prevalecido uno sobre otro según los casos. Pero sí hizo hincapié en que la Constitución sólo ampara información que sea veraz, "no quedando amparadas por la libertad de expresión las que sean sesgadas, que denigran o menoscaban la consideración de una persona bajo la apariencia de hacerse a través de un reportaje neutral".

En cuanto al derecho al honor, Junceda se refirió a los casos en los que los protagonistas son personas públicas, ya que "deben soportar un cierto mayor riesgo de injerencia de sus derechos de la personalidad que las privadas, y el medio de información, en particular (...)".

En definitiva, "el derecho al honor sólo cede ante la libertad de información cuando es veraz y se refiere a asuntos públicos de interés general por las materias sobre las que versa o por las personas que en ellas intervienen".

Junceda invocó a la responsabilidad y autorregulación del sector periodístico en "ese delicado juego de pesos y contrapesos", alertando del "denunciante profesional, el calumniador" que usa denuncias falsas para dañar la reputación de cualquier persona y demandó "seriedad y profesionalidad" en los casos de corrupción.