Director de la agrupación coral «El León de Oro»

Luanco, Illán GARCÍA

Marco Antonio García de Paz (Luanco, 1972) es un amante de la música, y como tal, de la cultura. De hecho, desde 1996 dirige «El León de Oro», la agrupación coral más laureada del concejo y de Asturias. Un grupo que ha sido «Asturiano del mes» de LA NUEVA ESPAÑA y que pasea el nombre de Luanco por el mundo. Con esta entrevista a García de Paz, este periódico continúa con la serie de conversaciones acerca de la capital del concejo. Esta serie denominada «Luanquinos» pretende mostrar otra cara de esta villa marinera a través del punto de vista de sus caras más conocidas. Marco García de Paz comenzó en la música con ocho años en la Escolanía de Covadonga para, posteriormente, trasladarse a León, donde siguió con sus estudios musicales en la «Schola cantorum». «Era como un "Gran Hermano" musical», bromea el músico. La entrevista se realiza en una cafetería. En la calle, llueve.

-¿Qué recuerdos tiene de Luanco cuando era un crío?

-Estaba estudiando fuera y venía en verano. Me asenté a los 21 años, más o menos, y la verdad es que echaba de menos estar aquí, ver a mi familia... Eran los años noventa y estaba estudiando el grado superior de música en Oviedo. La verdad, fue una etapa próspera. Hace veinte años, en Luanco había otra alegría, quizá menos apego por lo material y se hacían muchas cosas. Por ejemplo, surgió «El León de Oro». La gente salía todos los días, a nada en concreto, simplemente a convivir unos con otros. La calle estaba más viva.

-¿Qué le falta a Luanco?

-Lo primero, gente joven. Es necesario fijar población joven. El pueblo va envejeciendo poco a poco y se apaga. Vivimos cerca de varias ciudades y eso es tanto un problema como una virtud. Necesitamos más dinamismo y un gran equipamiento cultural. Tenemos que acercar la cultura al pueblo y buscar la calidad. No sé, un teatro, un auditorio... La fórmula no la tengo, pero lo que tengo claro es que hay que invertir en cultura. Esa infraestructura debería estar hecha hace ya tiempo y no para mirar sólo hacia dentro. El coro se siente de Luanco, pero se proyecta afuera; así ayudamos a dar a conocer este pueblo.

-¿Cree usted que el coro debería de tener más apoyos en Luanco?

-No depende sólo de Luanco. El Ayuntamiento se implica bastante. No sé hasta que punto se comprende este proyecto. Creo que cualquiera desearía tenerlo en su pueblo.

-El turismo es la principal fuente de ingresos de Luanco. ¿Qué opina?

-Quizá sea demasiado estacional. Tanto el Marino, como «El León de Oro» y el tenis-playa, por ejemplo, ayudan a poner a Luanco en el mapa. El pueblo ya es guapo de por sí, no hay nada más que ir a Internet y ver fotos. Por eso hay que marcar la diferencia. Se puede promocionar más con conciertos, con deporte y la gastronomía, está claro. Es un pueblo envejecido que no acaba de despegar y que quede claro que no es un pueblo cerrado.

-Desearía que «El León de Oro» actuase más en la villa que lo vio nacer

-Sí. Tampoco queremos cansar a la gente. Con que los vecinos esperen un concierto una o dos veces al año, me vale.

-La tradición coral de Luanco sigue adelante con la cantera de «El León de Oro» («Los Peques» y «Aurum»)...

-Se genera una tradición de calidad coral y sí, hay un relevo real. No sé donde estará el fin.

-«El León de Oro» viaja mucho y lleva el nombre de Luanco y de Asturias en concursos internacionales...

-En los certámenes corales llama mucho la atención que seamos de Luanco. Nos preguntan qué tamaño tiene la ciudad y dónde está. Les decimos que somos de un pueblo que tiene 5.000 habitantes que se llama Luanco y no lo entienden. Al final, hablamos que venimos de Asturias, una región de un millón de habitantes y también les llama la atención. Te hablan del norte de España y mencionan Bilbao, La Coruña, Santander... y Asturias, al final, es la que está cerca de esos sitios.

-¿Cómo recomendaría Luanco?

-Diciendo que es un buen lugar para vivir, donde los críos pueden ir al colegio y corretear por ahí como hicimos nosotros cuando éramos guajes.