El Santísimo Cristo del Socorro de Luanco "auxilió" ayer a varios centenares de fieles que se congregaron en torno a la iglesia de Santa María de Luanco gracias a que el tiempo permitió que se celebrase la procesión religiosa, después de cinco días de fiesta en los que se tuvo que cancelar o aplazar prácticamente todo el programa. Aún así, fue sólo por unos minutos que los luanquinos pudieron seguir al Cristo con normalidad, mientras lucía el sol, puesto que cuando se estaba produciendo la ofrenda de cara al mar, junto a la playa de Luanco, el viento y el agua volvieron a hacer su aparición forzando al regreso al templo.

De cualquier modo, lo fundamental se logró: que los luanquinos y gozoniegos renovasen sus votos con el Cristo del Socorro, el que ya les auxilió en su día cuando el golpe de la mar era de vida o muerte en cada aparición. Ante el arenal tuvo lugar el momento de mayor recogimiento religioso, con la ofrenda del Cristo marinero, frente al mar y a pocos metros del lugar donde la leyenda dice que la imagen obró el milagro aquel 5 de febrero de 1776.

Fue hace 232 años, cuando veinte embarcaciones, quince de ellas locales, estuvieron a punto de naufragar frente a la costa cantábrica, sorprendidos por una terrible galerna. La mediación milagrosa del Cristo del Socorro permitió que los dos centenares de tripulantes entraran en el puerto de Luanco sanos y salvos. Desde entonces y hasta hoy, en medio de un fervor tan marino como religioso, fieles, devotos y marineros celebran la efeméride dando las gracias al Cristo salvador, acercándolo al mar para honrar y glorificar su intervención. Las fiestas continúan hoy, con el día de la "Calderada".