Gijón, Pablo TUÑÓN

Ya han alcanzado un nivel elevado y, sin embargo, no dejan de crecer. El TSK Roces se ha postulado como la más seria amenaza a la hegemonía de Oviedo y Sporting en las categorías inferiores. Son el club con más licencias federativas de Asturias, con unas 450 fichas inscritas, y cuentan con equipos en las mejores divisiones de cada categoría compitiendo en lo más alto de la tabla.

Para semejante crecimiento ininterrumpido el club gijonés se fija en los mejores. «Desde el fútbol sala, el objetivo es enseñar un fútbol de toque. Se trata de jugar al fútbol, sacarla jugada desde atrás. Nuestro espejo es el Barcelona», explica Víctor Holguera, coordinador técnico del Roces. A su juicio, esta filosofía ya se ha visto reflejada en el estilo de los equipos, «siempre queriendo el balón y nunca renunciando a la posesión».

El método de trabajo para lograr una empresa tan exigente se basa en la técnica individual. «Mejorando la técnica individual de cada jugador conseguimos la base para mejorar el juego colectivo», explica Holguera. De hecho, dos preparadores físicos se encargan de trabajar con grupos reducidos de jugadores que presentan dificultades con cuestiones como la coordinación o la velocidad.

Eso sí, tanto trabajo tiene su coste. y, en este caso, el elevado coste lo está pagando el campo de hierba sintética. Desde las 16 hasta las 23 horas no tiene descanso, puesto que los 12 equipos de campo entrenan allí. El tapete se encuentra excesivamente desgastado y hay un exceso de goma en el césped artificial. «Entendemos la necesidad de otros clubes que están sin campos, pero estas instalaciones se hicieron y ahora se trata de mantenerlas», explica Víctor Holguera, que añade que «se están produciendo demasiadas lesiones por su estado y, por eso, necesita un cambio de tapete, una obra que no es tan grande como unas nuevas instalaciones». De hecho, el club ya se ha reunido con la Concejalía de Deportes del ayuntamiento de Gijón para exponerles la situación.

Uno de los equipos que entrena y juega en el campo del Roces, que lleva por nombre el de la patrona de Asturias, es el División de Honor. Se trata del conjunto de mayor exigencia en las categoría inferiores de la entidad gijonesa, que este año cuenta con una plantilla de 21 jugadores formada por: Jorge Álvarez, Nicolás Vallina, Jorge Hernández, Iván Fernández, Pelayo Galnares, Hugo Fernández, Carlos Ramos, Juan Antonio Díaz, Íñigo Díaz Ubieta, Enrique Fanjul, Adrián Fernández, David Busta, Carlos Paramio, Borja Menéndez, Alejandro García, Sergio Pérez, Allyson Santos, Adolfo González, Carlos Feijoo, Álvaro Grande y Omar Casado. Todos ellos, bajo la tutela de Andrés Fernández (entrenador) y Pablo López (segundo entrenador).

El año pasado, la campaña del División de Honor fue especialmente reseñable, peleando por los puestos altos de la clasificación con clubes como Celta, Dépor o Sporting. Pero todo tiene su explicación y, salvo sorpresa mayúscula, esa situación no es extrapolable a esta temporada, en la que han entrado muchos jugadores nuevos que estrenan categoría.

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