Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La guerra por los topónimos en Carreño sigue abierta. Mientras en los despachos de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias permanecen sin atender, al menos de momento, sendas peticiones de los vecinos de Guimarán y Piedeloro para que ambos nombres recuperen la oficialidad, mañana jueves el pleno del Ayuntamiento debate una nueva moción para apoyar las reivindicaciones de ambas parroquias, que no quieren ser conocidas únicamente como Quimarán y El Pieloro. En ambos casos se pide que se devuelva la oficialidad a los términos más usados, Guimarán y Piedeloro, que fueron eliminados en el año 2005 por la Junta asesora de toponimia. Una junta que, según confirmaron fuentes de la consejería, aún no ha tramitado ninguna de las dos peticiones, y que en el caso de Guimarán fue realizada ya en el mes de enero.

Han pasado siete meses desde entonces y a los vecinos ya les parece mucho tiempo. «No nos parece bien, sabemos que aún no lo han tramitado y siete meses después la petición de unos vecinos no puede estar sin atender», explica José Emilio García, portavoz de la asociación de vecinos de Guimarán. El colectivo al que representa elaboró el pasado año una encuesta puerta a puerta para evaluar la opinión de los vecinos. El resultado fue que de 301 personas 288 desean que a la parroquia le sea devuelto el topónimo de Guimarán, 13 que se conserve junto al de Quimarán, mientras que ninguno optó por la opción única de Quimarán.

«No es lógico que aún no se haya tramitado el expediente», dice García, que entregó la encuesta al Ayuntamiento de Carreño antes de finalizar el año. Por su parte, la concejalía de Cultura del municipio elevó la propuesta al Principado en los primeros días de enero, y desde entonces no han obtenido respuesta, según confirmó el edil del área, Paulino García.

En un caso similar, además, están los vecinos de Piedeloro, desde 2005 El Pieloro, que elaboraron una encuesta similar en que con abrumadora mayoría se optó porque se aceptase Piedeloro como topónimo oficial. El Ayuntamiento repitió la misma jugada que con Guimarán, y aunque en este caso no hayan pasado más que apenas dos meses, tampoco ha habido respuesta del Principado, desde donde se limitan a decir que la Junta de toponimia aún no ha tratado el tema. El siguiente capítulo se vivirá mañana en el debate municipal.