Varé (Siero), Franco TORRE

Los vecinos de Varé y San Tirso, en la parroquia sierense de Anes, se han unido en defensa de su patrimonio y han restaurado la capilla de Nuestra Señora de la Asunción, en Varé. Una obra que se ha prolongado nueve meses, y que pretenden inaugurar el próximo día 8, coincidiendo con la fiesta regional.

Según el Catálogo Urbanístico de Protección de Siero, el origen de la capilla se sitúa en el siglo XVII, aunque es difícil de precisar. En todo caso, una inscripción sobre el arco toral de la capilla alude a una intervención a mediados del siglo XIX, a la que habría que añadir otra tras la Guerra Civil.

Sea como fuere, lo cierto es que hace apenas un año el edificio presentaba un lamentable estado de conservación. Ante esta situación, y en vista de que ninguna entidad acometía su rehabilitación, un grupo de vecinos comenzó a plantearse actuar por su cuenta. Los contactos preliminares culminaron en un primer encuentro, celebrado en el pórtico de la capilla en noviembre de 2010, entre 20 vecinos de Varé y San Tirso, y en el que se decidió emprender la reparación. La coordinación de los trabajos quedó en manos de Toni Nava y Florentino Suárez.

«Para nosotros era crucial que se rehabilitase la capilla, porque más allá de su carácter religioso era un centro de reunión para los vecinos. Aquí no tenemos centros sociales ni nada de eso, y cuando tenemos que decidir algo, quedamos en la capilla», señala Nava. Dos semanas después de aquel encuentro, se produjo una segunda reunión en la que se ultimaron los detalles, y los vecinos pusieron manos a la obra.

Con el necesario asesoramiento de los técnicos, tanto municipales como de la Dirección General de Patrimonio, los vecinos comenzaron la tarea el 11 de diciembre de 2010, una jornada que dedicaron al desescombro de la capilla. «Estaba muy mal. La mayor parte de las vigas del techo estaban apolilladas, y la madera era inservible, pero pudimos reutilizar la mayor parte de la teja», apunta Nava.

A esa primera sextaferia siguieron otras diez entre enero y julio de este año. «En estos días de "andecha" quedábamos aquí para trabajar, para pasar el día. Nos organizábamos por grupos, y unas mujeres del pueblo, Sandra, Pili y Julita, nos preparaban algo de comer. La verdad es que lo pasábamos muy bien, y la obra iba avanzando», rememora Nava.

A la hora de ejecutar los trabajos, los vecinos se movieron siempre con el máximo respeto hacia el inmueble, tratando de mantener los elementos originales y sin alterar el aspecto del edificio. Para algunas actuaciones, no obstante, acudieron a profesionales. El dinero para pagarles y para sufragar la adquisición de material fue recolectado y se lograron unos 23.000 euros. Además, el Ayuntamiento de Siero aportó diversos materiales.

«Esta capilla tiene hechuras de iglesia», comenta con orgullo Florentino Suárez. La iglesia luce ahora en un tono ocre, y se han resaltado los sillares de las esquinas. El tejado ha sido rehecho, reutilizando la mayor parte de las tejas del anterior, y completado con dos millares de tejas árabes cedidas por el Ayuntamiento. «Hemos cuidado mucho de que las tejas nuevas estuviesen en los bordes, que son las zonas más delicadas, y dejando las viejas para las partes más vistosas, para que no nos pasase lo de San Salvador de Valdediós», explica Toni Nava, rememorando una reciente polémica a propósito del rehabilitado tejado del templo prerrománico, cuyo rojo brillante contrastaba con unos muros milenarios.

Lo que está pendiente ahora es la fiesta: el próximo día 8. Y sólo hay un pequeño problema: la misma polilla que destrozó los techos ha maltratado los bancos, aunque al menos ha respetado una parte del retablo. Un revés menor, en todo caso.