Será por su paisaje, su pasado marinero o sus gentes. Pero desde hace siglo y medio, Candás y otros rincones de Carreño se han convertido en el escenario en el que se desarrollan muchas obras de la literatura española. Algunas de ellas ya de sobra conocidas, como es el caso de la novela "José", de Armando Palacio Valdés -aunque en ello hay discrepancias con Cudillero- y la narrativa de Lepoldo Alas "Clarín". Otras, en cambio, son menos citadas, quizá por su sencillez, pero que reflejan de igual forma el poder de atracción que el concejo tuvo durante algún tiempo para numerosos escritores de ámbito nacional, que fijaron sus retinas en el mar y la montaña de Carreño.

Este concejo presume de personajes tan ilustres como Antón de Marirreguera, que nació a principios del siglo XVII en la parroquia de Logrezana. Este escritor es considerado el autor de la primera obra literaria conservada en asturiano, el "Pleitu ente Uviéu y Mérida pola posesión de les cenices de Santa Olaya", de 1639. No obstante, dentro de su obra sus referencias al concejo no fueron tan frecuentes como en la narrativa de Leopoldo Alas "Clarín", que fijó en este municipio su residencia de verano. El paisaje que pudo contemplar desde su casa de La Rebollada, en Guimarán, no cabe duda que le sirvió de inspiración, ya que hasta en un total de catorce obras habla de Carreño. Desde novelas como "La Regenta" o "Doña Berta" hasta cuentos como "Boroña" o "Viaje redondo". Incluso empezó a escribir un libro bajo el título "Palomares" (Candás), aunque sólo llegó a concluir el primer capítulo.

El otro grande de la literatura, que también dejó su huella en el concejo, gracias precisamente a su relación con "Clarín", fue Armando Palacio Valdés. Su obra "José" (1885) ha generado, a lo largo de la historia, continuos enfrentamientos entre las villas marineras de Candás y Cudillero, ya que ambos proclaman a los cuatro vientos que la novela se desarrolla en sus calles. Sin embargo, según el escritor local José Marcelino García, ese pueblo al que denomina el propio Palacio Valdés en su libro como Rodillero es Candás. Y se explica: "En la novela "José" hay una trampa, que es su introducción. Antes del primer capítulo hay una especie de prólogo (aunque el autor no lo precisa) en el que recrea a un puerto típico asturiano que, en verdad, puede ser Cudillero, Tazones, Tapia, Lastres o Candás... cualquiera. Pero la novela no empieza ahí, sino en el capítulo I y a partir de ese momento y hasta el final es Candás el pueblo que se describe".

De esta forma, a lo largo de la obra, se mencionan numerosos rincones de la villa marinera: La Matiella, la Peña Furada, el Monte de Fuxa y la iglesia parroquial, entre otros. Sin olvidar, por supuesto, la descripción que Armando Palacio Valdés hace de la imagen del Cristo. "Lo define como es en la realidad. Dice que fue encontrado en el mar, que está en un camarín al cual se accede a través de unas escaleras de caracol...", asegura García. Pero al margen de estos datos, hay que tener en cuenta que Armando Palacio Valdés acudía todos los veranos a las tertulias de intelectuales que se organizaban en el pueblo. Fruto de esos encuentros conoció Candás, sus personajes e incluso a su primera esposa, Luisa Maximina Prendes Busto. "Se enamoró perdidamente de ella, que estaba asomada a la ventana de la casa de su abuela, Juaca El Prao", dice José Marcelino García, estudioso de la novela. Esa casa, en la que hoy figura una placa en su honor, fue testigo de las vivencias de este insigne escritor en la villa marinera.

Aparte de estos hitos prosísticos, hay muchas otras muestras -no sólo obras literarias, sino también artículos de prensa- en las que figura Carreño. Y en ello es un gran conocedor el escritor José Luis Campal, entregado desde hace años a la recopilación de este tipo de escritos. Así, por ejemplo, se puede nombrar la obra de Robustiana Armiño, "Dramas de la costa" (1880). Esta escritora gijonesa fue, en verdad, la primera en colocar a Candás en una novela y en abrir las puertas a Clarín y Palacio Valdés.

El broche de oro a este Candás literario lo pone, según José Luis Campal, el Conde de las Navas, que escribió "¡Avante!", novela en la que aparece Candás con el nombre de La Espina. No obstante, hay muchas otras obras vinculadas a Carreño, como es el caso de "Liba" (1912), de Amador de Campomanes, nombre literario del periodista mierense Amador Álvarez Fernández. También "Por el Cristo de Candás", de Leopoldo López de Saa, y "Peñas cantábricas", de Rafael de Balbín y Villaverde, están relacionadas con Candás, tal y como aporta Campal.

Todas ellas y las que aún quedan por descubrir (a medida que se escarba más en la historia se descubren nuevos títulos) ponen de manifiesto el interés que este concejo despertó en su momento a los escritores mas insignes del país.