El puente Recuna, que cruza el río del mismo nombre (también conocido como río Seco) en la parroquia sierense de San Martín de Vega de Poja y que es uno de los principales valores del tramo del Camino de Santiago entre Sariego y Pola de Siero, ha sido liberado de los tres árboles que amenazaban su integridad.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego había solicitado al Principado de forma reiterada que actuara sobre el puente para evitar que su deterioro fuera a más. Aunque la invasión de la maleza y el desgaste de la piedra estaban también entre las amenazas que se cernían sobre el puente, la principal de ellas era que le habían crecido tres árboles cuyas raíces se estaban hundiendo en la piedra. Finalmente, el Principado ha talado los árboles, y aunque el puente no ha sido objeto de una rehabilitación a fondo, sí se ha evitado que la invasión de la vegetación adelantase su estado de deterioro.

El puente tiene cerca de mil años de existencia, y ha sido paso de caminantes durante siglos. En los últimos tiempos, se habían hecho diversos trabajos para darle valor, pero ninguno de ellos afectaba directamente a su estado. Se construyó un área recreativa en un prado de sus inmediaciones, que se asoma a una represa y un recodo del río, y también se colocaron varios paneles explicativos de los valores del puente y su entorno. Lo cierto es que toda la zona tiene un considerable valor paisajístico.

Sin embargo, lo más urgente, a juicio de los caminantes, era salvar el propio puente, un ejemplar de arco único que, con el paso del tiempo, se ha integrado perfectamente en la naturaleza, y que tiene un gran valor histórico.

El puente está incluido en el Catálogo de Urbanismo de Patrimonio Cultural del concejo de Siero. Aunque construido en la Edad Media, el puente experimentó diversas reformas a lo largo de los siglos, pero recientemente apenas había sido tocado hasta que la asociación del Camino reclamó que se le prestase atención.