El paseo marítimo entre Candás y Perlora abrirá al tráfico de vehículos el próximo lunes, con un solo carril en uno de sus tramos y regulado por semáforos. Será así gracias al comienzo de las obras de reparación de los desprendimientos que motivaron su cierre hace un año: el 17 de marzo de 2013. Las obras ha sido adjudicadas por el Ayuntamiento a una empresa Suiza con filial en España, Geobrugg Ibérica, por valor de 108.900 euros.

"Ha llegado el día para que el paseo marítimo deje de estar cerrado", anunció ayer el alcalde de Carreño, Ángel Riego, en una comparecencia acompañado por los que serán los responsables técnicos de los trabajos largamente esperados. "El lunes comenzarán las obras de asentamiento de la ladera del monte que van a permitir abrir al tráfico el paseo", añadió. Y cedió la palabra a uno de los directores técnicos de los trabajos, Fernando Antuña, quién explicó las tres actuaciones, de cierta complejidad, que van a realizarse con el objetivo de que el monte Fuxa de Candás deje de argayar sobre el paseo marítimo.

"En la zona superior del monte consolidaremos un macizo rocoso que no se pueda desprender, para lo que hemos diseñado una red de cables mediante anclajes que eviten el desprendimiento de nuevas piedras", explicó Antuña. Estos trabajos se realizarán accediendo a lo alto del monte por la carretera conocida como La Formiga.

En la parte inferior, la más cercana a la carretera junto a la playa, "se construirá un muro de contención para estabilizar el pie de la ladera que tendrá 38 metros de longitud, y una altura mínima de dos metros y máxima de cinco, dependiendo de la zona", añadió Antuña. Este muro se levantará justo a continuación de la casa desalojada en el paseo también por los desprendimientos y llegará prácticamente hasta donde se encuentran los viejos muros de contención, junto a la entrada a la playa de Palmera.

En la parte intermedia del monte, y aprovechando el muro de la parte inferior, se creará un acceso hacia una plataforma que permita "hacer una barrera dinámica en la zona intermedia". Las tres fases de actuaciones se realizarán en los próximos tres meses, según concretaron, y hasta entonces permanecerá un vallado en toda la zona, que luego se retirará para que el tráfico ya fluya con normalidad, si todo va según los previsto, a finales de junio.

"Con eso impediremos que las piedras lleguen al paseo", consideró el director de la obra. Riego detalló que para el comienzo de las obras tuvieron que pedirse diferentes permisos, a la propiedad del monte y a la Consejería de Cultura por unos restos arqueológicos.