"Nadie sabe por lo que mi familia y yo estamos pasando". Jesús Otero Cidón no para de repetir esa frase una y otra vez. Lleva más de cuatro años luchando contra sus vecinos y contra el Ayuntamiento de Carreño para que retiren el conducto de evacuación de gases que en 2010 la comunidad de propietarios "Cooperativa Santarúa", de la calle Arquitecto Reguera, número 6, instaló sin licencia de obras frente a su vivienda en el patio de luces. Desde entonces, asegura, vive sumido en una pesadilla. Incluso ha tenido que dejar su casa e instalarse en Gijón por las molestias que la tubería genera en su piso y de los daños materiales que, asegura, los vecinos le han causado. "Quieren que deje morir el tema, pero no lo voy a hacer, pelearé hasta el final", sostiene.

El calvario de Jesús Otero, natural de Mieres pero residente en Candás desde hace 30 años, comenzó en julio de 2010 cuando de la noche a la mañana renovaron el conducto de evacuación de humos y lo cambiaron de ubicación, colocándolo en una pared perpendicular a donde originalmente estaba instalado y a 1,31 metros de su vivienda, un primero. Según confirma un arquitecto del concejo, la chimenea presenta varias anomalías. Para empezar, que la ley exige que ese tubo esté al menos a 3 metros de una casa. El conducto, tal y como detalla esta misma fuente, "vulnera también el principio básico de servidumbre, merma la cantidad de luz recibida y genera un riesgo importante de impacto al llevar a cabo labores de limpieza y mantenimiento en el patio de luces". Esto último se debe a que la tubería está compuesta por un tramo "horizontal", que además genera problemas de ruido. "No podemos dormir aquí. En cuanto llueve, el ruido es insoportable", apunta Otero, de 67 años.

Aunque lo peor, se queja este vecino, es que la obra se realizó sin acuerdo vecinal y sin licencia de obra, como así lo confirmó en su día el antiguo aparejador municipal en un informe firmado el 4 de noviembre de 2011. A partir de ahí comenzó la batalla. Otero pidió al presidente de la comunidad que paralizase las obras y devolviese el conducto a su estado original -pegado a la pared y ubicado a unos 3,60 metros de su casa-. Sin éxito, el candasín pidió entonces al Consistorio carreñense su intervención.

Según reflejan varios informes, los responsables del inmueble alegaron en su día que el cambio de ubicación de la chimenea se debió a que "los servicios técnicos de la empresa instaladora certificaron que la ubicación de los anteriores conductos tenía que ser modificada necesariamente". Esto respondía a que la chimenea tenía que subir un metro por encima del casetón del ascensor, en el tejado, ubicado en la pared perpendicular donde ahora está el nuevo conducto. Sin embargo, existían alternativas, como hacer un quiebro en su parte superior para alcanzar lo alto del tejado.

Con todo esto, Jesús Otero lleva gastados más de 13.000 euros entre informes técnicos y tribunales. Denunció a la comunidad de propietarios en 2011. Sin embargo, el Juzgado de primera instancia número 6 de Gijón desestimó su demanda, según afirma, porque los dos testigos que llevó le "vendieron". La Audiencia Provincial de Gijón denegó su recurso de apelación. Ahora, dos años después de ese fallo, valora acudir a los tribunales por la vía de lo contencioso en contra del Ayuntamiento. "Yo sólo quiero acabar con esto, porque estando donde está ahora ni podemos vivir ni me compra el piso nadie", lamenta Otero.